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Tu cuerpo habla, lo que tú boca calla.

#Reflexiones
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No vas a sanar lo que no te atrevas a enfrentar.
Muchas de las reglas familiares que seguimos no son de amor, son de miedo:
“No se habla de lo que duele.”
“Los hijos deben obedecer sin preguntar.”
“Los abuelos siempre tienen la razón.”
“Las emociones se callan, no se muestran.”

El conocimiento no basta, se necesita valentía para mirar el dolor.
Y esa valentía empieza por romper pequeñas estructuras que sostienen grandes heridas.

🧠 Desafío:
Este domingo, identifica una regla o costumbre familiar que ya no te representa, que solo repites por lealtad o miedo. Luego, rompe ese ciclo conscientemente.

🧾 Ejemplo:
En tu casa, quizás nunca se habla de cómo se sienten. Rompe la regla.
Propón una comida en la que cada uno diga cómo se ha sentido durante la semana sin interrupciones ni juicios.
No corrijas. Solo escucha. Sostén. Acompaña.
Y al final di:
“Aquí sí se puede hablar. Aquí sí importas.”

Esa nueva regla —aunque parezca pequeña— puede convertirse en el punto de partida para transformar toda una historia emocional.

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Interrupción inesperada

Lee: Hechos 16:16-24

Manuel llegaba tarde a la iglesia y estaba atascado en un semáforo en rojo. Mientras esperaba impaciente, su hija vio a una mujer varada que trataba de reparar un neumático. «Papá, tú eres bueno cambiando neumáticos —dijo—. ¿La vas a ayudar?». Manuel ahora iba a llegar muy tarde, pero sabía que eso era una asignación divina. Se detuvo para ayudar, e incluso invitó a la conductora a la iglesia.

Pablo y Silas enfrentaron una interrupción en Hechos 16. Se habían encontrado con una joven esclava con un espíritu maligno que no dejaba de gritar (v. 17). Durante días, Pablo la ignoró, pero finalmente se enojó y le dijo al demonio: «¡En el nombre de Jesucristo, te ordeno que salgas de ella!» (v. 18).

Pablo decidió servir a otros aun cuando le trajera problemas. Liberar a la joven solo complicó las cosas. Sus dueños perdieron su medio para hacer dinero (v. 19), así que «prendieron a Pablo y a Silas, y los trajeron […] ante las autoridades» (v. 19). Luego los azotaron y los arrojaron a la cárcel sin un juicio (vv. 22-24).

Servir a Cristo tiene un costo. Jesús les dijo a sus discípulos que tenían que tomar su cruz y seguirlo (Mateo 10:38). El camino de Jesús es así: seremos interrumpidos y a veces sufriremos, como nuestro Salvador. ¿Cómo reaccionarás cuando vengan interrupciones?

Matt Lucas

#NuestroPanDiario
2025/06/29 17:22:09
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