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Nuestra vida es demasiado bella como para perder tiempo sumergido en las tristezas. Si algo no sale bien, ¡vuelve a intentarlo una y otra vez!... No te quedes con los problemas encima, todo en esta vida tiene una solución, todo en esta vida se puede. Si quieres ver resultados, tienes que creer firmemente que eres más que vencedor ¡Buenos días!

#CaminarDiario
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Seamos fieles y no Le fallemos

Con el misericordioso te mostrarás misericordioso, y recto con el hombre íntegro. Salmos 18:25

Siempre nos preguntamos “Cómo puedo agradar a Dios”, “Qué debo o no hacer para que Él esté complacido” con nosotros y nos responda cuando lo necesitemos. La respuesta es muy simple: Dios espera que seamos fieles y no Le fallemos.

Ser fiel y no fallarle significa tener fe, mantenerse unido, aprender a sonreír en medio de las pruebas, aceptar con amor los tratos de Dios, siempre obedecer al llamado, guardar Su pacto hasta la eternidad; que aun cuando el sol no salga y los vientos nos golpeen siempre confesemos que Él es nuestro Señor. La manera de responderle muestra quién es Él para nosotros y el inmenso amor que Le tenemos, estando Él por encima de toda circunstancia.

Dios no está esperando que Lo llenemos de halagos y promesas. Él quiere que simplemente en nuestro corazón esté escrita la palabra FIEL. Entonces Su respaldo vendrá como la lluvia en los tiempos de sequía, llenando los campos de un nuevo aroma para dar el mejor fruto, aun cuando no es el tiempo de cosecha.

La obra del Señor descansa en aquellos hombres y mujeres que fueron probados como Sadrac, Mesac y Abed-nego, quienes no se inclinaron hacia otros dioses; el fuego no se enseñoreó de sus cuerpos, ni se quemaron sus cabellos, ni sus mantos se alteraron, ni el olor del fuego quedó en ellos. Esto así porque confiaron en Él, desobedeciendo el mandato del rey, pues prefirieron entregar sus cuerpos antes que rendirse a otro dios que no fuera su Dios.

Pastora Montserrat Bogaert

#CaminarDiario
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La madre cisne murió, dejando a sus pequeños. Y esto fue lo que hizo su padre…

¿Alguna vez te has preguntado qué siente un cisne cuando pierde a su pareja? Cuando no solo se queda sin su amada, sino que además se encuentra solo con nueve polluelos indefensos — tan pequeños, necesitados de cuidado, calor, protección… Esto no es una invención ni un argumento de un cuento infantil. Esta es una historia real de amor y la fuerza del corazón paternal que sucedió en la orilla del río Charles en Boston.

Desde hace muchos años, los cisnes viven en la Explanada a lo largo del río Charles, convirtiéndose en algo más que solo aves para los habitantes de la ciudad. La gente los reconocía, admiraba sus movimientos sincronizados y los llamaba "la pareja enamorada". Él — un macho grande y majestuoso, siempre alerta, protegiendo su territorio. Ella — tranquila, cariñosa, como si fuera la personificación de la ternura, llevando a los pequeños en las olas. En primavera, su felicidad creció aún más: nació su descendencia, nueve pequeños bolitas grises. Parecía que no había límites para la felicidad. Los habitantes iban al agua solo para ver a esta maravillosa familia — tal armonía tierna, tal fuerza de unidad.

Ella vivía por sus pequeños — les enseñaba todo: cómo nadar, cómo buscar comida, cómo no temer a las primeras tormentas. Si uno se cansaba, lo subía a su espalda, y los demás se aferraban cerca. Y él siempre estaba cerca — un protector fuerte y silencioso, una barrera entre el peligro y su confianza. Juntos eran perfectos.

Hasta esa mañana, cuando de repente llegó el silencio.

Él se despertó primero. Usualmente, siempre se despertaban juntos — bastaba un susurro o un leve movimiento. Pero ahora su respiración no se escuchaba. Con cuidado, se inclinó, la tocó con su pico, la empujó con el ala — sin respuesta. "Despierta…" — parecía susurrar él. Pero ella ya no podía. Simplemente se fue, entregándose por completo a su familia. Ese día él no se alejó de ella: se sentó a su lado, pasaba el pico entre sus plumas, como si no pudiera creerlo. Los polluelos extrañaban a su madre, sin entender por qué de repente hacía tanto frío y miedo.

Los empleados del servicio de ayuda intentaron intervenir, pero ya era demasiado tarde. Solo quedaba él — solo, con todos los pequeños, sin apoyo, sin el consuelo y el calor materno al que estaban acostumbrados.

Los primeros días fueron dolorosos. Él no sabía cómo alimentar a los pequeños — el pico fallaba. Abría las alas intentando calentarlos, pero lo hacía torpemente, y los polluelos se dispersaban. Se ponía nervioso, agitaba las alas con inquietud, como si le preguntara al mundo: "¿Qué debo hacer?". Pero cada vez que escuchaba un piar, se detenía, inclinaba el cuello y trataba de estar cerca. Estaba aprendiendo. No de libros — sino por el llamado del corazón.

Poco a poco empezó a encontrar sus respuestas. Protegía a los pequeños del viento, les enseñaba a nadar y buscar comida por sí mismos, pacientemente les permitía trepar sobre él todos a la vez, incluso si apenas mantenía el equilibrio. Cada día se volvía más dulce y atento — y los pequeños, como sintiendo su amor, cada vez se escondían más bajo su ala.

"Estaba en la orilla y no podía contener las lágrimas," — recuerda Jodi, uno de los empleados de la explanada. — "Él no solo se convirtió en padre. Se convirtió en todo para sus polluelos: madre, padre, todo un mundo. No los dejaba ni un minuto. Limpiaba sus plumas, los protegía, los guiaba, los tranquilizaba. A veces nadaba hacia el lugar donde su pareja cisne se había ido, y miraba el agua por mucho tiempo. Tal vez recordaba. Tal vez simplemente intentaba resignarse… Pero siempre volvía con los pequeños."

Hoy los pequeños ya han crecido. El plumón gris fue reemplazado por plumas blancas, y cada uno tiene su propio carácter: algunos son valientes y atrevidos, otros tranquilos y cautos. Pero todos ellos tienen un único padre. Aquel quien se quedó cuando tenían miedo. Aquel quien no sabía cómo, pero aprendió. Aquel quien no abandonó.
El amor — no siempre son palabras bonitas. A veces es silencio, cuando se va lo más querido. A veces son alas fuertes, que protegen del frío incluso cuando el corazón se rompe de dolor. A veces el amor — es cuando tienes miedo y no lo logras, pero sigues intentándolo, porque detrás de ti — está la vida de alguien, las esperanzas de alguien, el pequeño universo de alguien.

Si alguna vez estás en Boston, no dejes de pasear a lo largo del río Charles. Observa con atención — tal vez veas a ese cisne. No solo un padre, no solo un viudo — sino un héroe, que demostró: incluso cuando parece que todo ha terminado, el amor y la devoción pueden salvar un mundo entero.

#Reflexiones
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Uno de los dos irá al funeral del otro, solo uno de los dos podrá despedirse y dar el último adiós al otro, y también solo uno de los dos experimentará su mundo sin el otro.
Mientras hay vida, amen, abracen y díganle a esa personita especial lo mucho que significan en sus vidas.
Nunca sabemos cuál será nuestro último día, y por esa razón disfruta cada segundo, mientras ambos se tengan el uno al otro, coleccionen recuerdos ya que solo con esos recuerdos se quedarán. 🥺😟🥺

#Reflexiones
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Firmes en la voluntad de Dios

Lee: Juan 6:5-15

La película El puente sobre el río Kwai fue tan popular que multitudes fueron a Kanchanaburi, en Tailandia, para buscar el puente de hierro real. Encontraron el puente, pero no estaba sobre el Kwai… ¡la película tenía el nombre equivocado del río! Pero poco después, a esa parte del río Mae Klong la llamaron Kwae Yai (Kwai), para que coincidiera con las expectativas.

Jesús nunca permitió que las expectativas de otros lo desviaran de su misión divina. Multitudes acudieron para verlo porque oían de sus milagros (Juan 6:2). Cuando lo encontraron y creyeron en que era el Mesías prometido, lo quisieron como líder militar para que los salvara de los romanos. Juan dice: «Pero entendiendo Jesús que iban a venir para apoderarse de él y hacerle rey, volvió a retirarse al monte él solo» (v. 15).

A pesar de la presión para rescatarlos como ellos querían, Cristo siguió decididamente el plan de Dios para hacerlo (Colosenses 1:13): no de los problemas terrenales, sino del poder «del pecado y de la muerte» (Romanos 8:2).

La decisión inquebrantable de proveer lo que necesitamos es la razón de que podamos confiar en Él en toda circunstancia. Cuando los caminos de Dios no coinciden con nuestras expectativas, podemos estar seguros de que su plan es siempre mejor.

Jasmine Goh

#NuestroPanDiario
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Cuando un hombre lidera su hogar con amor, responsabilidad y cuidado, eso se nota en su esposa.
Ella brilla de una forma distinta.
Está en paz, no vive a la defensiva.
Su sonrisa fluye con más facilidad.
Los hijos están sanos emocionalmente.
El hogar se siente cálido, estable y lleno de gracia.
Hay espacio para la alegría, el crecimiento y las bendiciones.

Pero cuando un hombre es descuidado — ausente, frío, atrapado en malos hábitos y sin una visión clara para su familia —
la que carga el peso es su esposa.

Se le nota en la mirada.
Su voz se eleva — no por enojo, sino por sentirse ignorada.
El hogar se vuelve inestable.
El estrés toma el control.
Las finanzas se complican.
Los hijos sienten la tensión.

Una mujer refleja el tipo de amor y apoyo que recibe.
Detrás de cada esposa que florece, hay un esposo que decidió amarla bien. 🤍

#EdificandoFamilias
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2025/06/30 14:39:21
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