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SÓLO A VECES.

A veces me dan unas ganas inmensas de rendirme, a veces me levanto y me dan ganas de renunciar a todo, esto pasa porque a veces uno se cansa, porque a veces llegó al límite, porque a veces me estresó, porque a veces siento que no estoy logrando nada; pero calma, si llegué hasta aquí déjame decirte que me detengo a pensar, si me canso es porque me estoy esforzando, porque estoy avanzando a mi propio ritmo, y me recuerdo a mi mismo que realmente quiero llegar a ser una persona feliz y quiero trascender en la vida, y solo con eso se me pasan las ganas de querer dejarlo todo, un brindis por mí, porque estoy triste, pero estoy de pie, hoy tengo un invierno en mi corazón, pero lo volveré primavera.

JUAN CARLOS ARANDA

#CaminarDiario
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Lo juzgas porque no tiene metas…
pero nunca le enseñaste a soñar.
Padres diciendo:
“¡Es que a mi hijo nada le importa!”
“¡No le interesa el colegio, ni el futuro, ni nada!”
“¡Parece que nada lo motiva!”
Pero la pregunta es:
¿Te tomaste el tiempo de descubrir qué lo mueve?
¿O solo esperas que funcione como tú quieres, cuando tú quieres y por las razones que tú decidiste?
Muchos adolescentes no están desmotivados.
Están desconectados emocionalmente porque crecieron cumpliendo expectativas que nunca eligieron.
Y ahora… simplemente se apagan.
📚 Brené Brown lo dice claro:
“Donde no hay espacio para ser auténtico, solo queda el silencio interior.”

💔 SITUACIÓN REAL
Una madre dijo en sesión:
“Le insisto que piense en su futuro… y solo me dice ‘no me importa’.
Me parte el alma, pero también me dan ganas de gritarle.”

¿Es culpa del adolescente… o del entorno que no lo enseñó a soñar?
¿De verdad está “flojo”… o está vacío porque nadie lo conectó con un propósito?
¿Lo empujaste a cumplir… pero nunca lo ayudaste a descubrir qué quiere él?

🧩 EJERCICIO:
Antes de gritarle “¡PONTE LAS PILAS!”, intenta esto:
1. Pregúntale: ¿Qué harías si pudieras elegir cualquier cosa?
2. Escúchalo sin interrumpir. Aunque su respuesta no sea lo que esperas.
3. Ayúdalo a ponerse una meta pequeña esta semana.
Algo que él elija: qué quiere estudiar, qué deporte practicar, qué instrumento tocar.
4. Evita sermones. Comienza por una conversación real.

CONSEJO:
Deja que viva desconectado porque “así son los adolescentes”…
es una forma elegante de abandono emocional.
📌 Si no lo ayudas a descubrir su propósito, sus metas, sus sueños —no los tuyos—
otro se encargará de llenarlo de distracciones, adicciones o desesperanza.

Dices que “no le importa”...
pero nunca le preguntaste qué le importa realmente, qué le gusta, qué le apasiona.
Dices que no se mueve…
pero nunca le diste dirección,
ni fuiste su espejo para soñar,
ni lo acompañaste en alguna decisión importante de su vida.
📌 A veces el “no me importa”
es un grito sordo de alguien que ya no cree que pueda valer la pena soñar,
o de alguien que nunca pudo vivir sus propios sueños.

#Reflexiones
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Las oraciones de una abuela

Lee: Proverbios 31:10-18

Durante una reunión familiar hace años, mi madre compartió unas palabras que había escrito. Honró a su abuela, una mujer que yo no había conocido pero de la que había oído hablar a menudo. Ella recordaba cómo Mama Susan se levantaba «antes del amanecer» y oraba por su familia. Qué recuerdo especial impactó la vida de mi madre; uno al que me aferro todavía hoy, aunque nunca conocí a mi bisabuela.

Esta descripción me recuerda a la mujer en Proverbios 31. Cuidaba a su familia de muchas maneras tangibles y se levantaba «aun de noche» (v. 15). Tenía mucho que hacer al proveer alimentos, comprar tierras, plantar viñas, hacer negocios productivos, coser y completar muchas otras tareas; todo por cuidar a los que amaba. Incluso les compartía «al pobre, y […] al necesitado» (v. 20 rva-2015).

Ayudar a cuidar a la familia no era un logro fácil cuando se escribió Proverbios 31, tal como lo demuestra la larga lista de obligaciones descritas en el pasaje. Y tampoco lo fue para mi abuela, que nació en el siglo xix. Pero las oraciones susurradas temprano por la mañana —como así también durante el día— mantuvieron a esas mujeres enfocadas y alentadas mientras Dios las ayudaba a cumplir con su llamamiento de cuidar a sus familias y a otros.

Katara Patton

#NuestroPanDiario
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A veces estamos tan ocupados contando lo que nos falta… que se nos olvida celebrar lo que sí tenemos.

La mente humana tiende a enfocarse en lo negativo: lo que no salió, lo que dolió, lo que no fue. Pero, ¿y las sonrisas inesperadas, las pequeñas victorias, el abrazo cálido, ese café que supo a cielo?

No se trata de negar lo difícil, sino de no dejar que opaque lo hermoso. Practicar la gratitud no es ingenuidad, es un acto de resistencia emocional. Nos recuerda que la vida también está llena de cosas buenas, aunque a veces las demos por sentado.

¿Y si empezaras cada día recordando una cosa buena que te haya pasado?

Puede ser algo mínimo: dormir bien, una charla bonita, un mensaje amable. Con el tiempo, ese enfoque transforma. Reconocer lo bueno nos equilibra, nos calma, nos inspira. Nos permite construir desde la esperanza, no solo desde la carencia.

Cuéntame, ¿qué cosas pequeñas o grandes has aprendido a valorar últimamente?

#CaminarDiario
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Cierto día, una maestra pidió a sus alumnos que escribieran el nombre de cada compañero de clase y, junto al nombre, la cosa más linda que pudieran decir de cada uno de ellos.
Luego, durante ese fin de semana, la maestra puso el nombre de cada uno de sus alumnos en hojas separadas de papel y copió en ellas todas las cosas lindas que cada uno de sus compañeros había escrito. El lunes entregó a cada alumno su lista y casi inmediatamente toda la clase estaba sonriendo.

“¿Es verdad?”, escuchó como alguien susurraba, “yo nunca supe que podía significar algo para alguien”… y “Yo no sabía que mis compañeros me querían tanto”…

Años más tarde uno de los estudiantes murió en Vietnam y la maestra asistió a su funeral. En la iglesia estaban sus compañeros de clase y la maestra fue la última en acercarse al ataúd. Mientras estaba allí, uno de los soldados de la guardia de honor se acercó a ella y le preguntó:

– “¿Era usted la profesora de Marcos?”

– “Sí”, le respondió.

– “Marcos hablaba mucho acerca de usted”, le dijo el soldado.

Después del funeral la mayoría de los compañeros de Marcos fueron juntos a comer con los padres de Marcos y la profesora. La mamá, sacando una billetera, dijo a la profesora:

– “Queremos mostrarle algo, lo encontraron en la ropa de Marcos. Pensamos que usted lo reconocerá”, y abriendo la billetera, sacó cuidadosamente un pedazo de papel remendado y muy gastado por el uso.

Era la hoja en la que ella había registrado todas las cosas lindas que los compañeros de Marcos habían escrito acerca de él.

– “Gracias por haber hecho lo que hizo”, dijo la madre de Marcos, “como usted ve, Marcos lo guardaba como un tesoro.”

Los compañeros de Marcos comenzaron a juntarse alrededor de la maestra… Carlos sonrió y dijo tímidamente: “Yo todavía tengo mi lista, está en mi diario”.

La esposa de Felipe dijo: “Felipe me pidió que pusiera el suyo en nuestro álbum de boda”.

Entonces Victoria, otra de sus compañeras, metió la mano en su cartera y sacando su billetera, mostró al grupo su gastada y arrugada lista: “Yo la llevo conmigo todo el tiempo”.

La maestra, con los ojos llenos de lágrimas, les dijo: “¡No imaginaba que unas sencillas palabras de afecto escritas en una hoja de papel podían haber calado tan hondo!”

¿Comprendes el poder que tienen tus palabras, para bien o para mal? Una palabra de afecto, de apoyo, de perdón, o de ánimo, tiene un poder inestimable para quien las recibe… ¿Qué algunos no las merecen? Piensa en cómo Jesús nos miró desde la Cruz con infinita misericordia. Pídele a Él que te enseñe a rescatar lo bueno que hay en cada persona.

"Entre el polvo de los días y el ruido del mundo, a veces olvidamos que las palabras no son solo sonidos, sino semillas. Semillas que pueden florecer en el corazón de alguien y convertirse en refugio en sus noches más oscuras."

La maestra de este relato no sabía que, al entregar aquellas hojas con palabras de cariño, estaba regalando algo más que papel: estaba entregando pedazos de luz que sus alumnos guardarían como mapas para recordar su propio valor.

Ella lloró al comprenderlo, porque había creído que solo eran ejercicios de clase, pero en realidad eran actos de fe. Fe en que una palabra amable puede ser el abrazo que alguien necesita cuando ya no queda nadie alrededor. Fe en que, como Jesús en la Cruz, nuestro llamado es ver lo bueno incluso donde parece esconderse.

Hoy, tú y yo tenemos esa misma oportunidad: ¿Cuántos "Marcos" hay a nuestro alrededor, esperando que alguien les recuerde su luz? Una palabra escrita en un post, un mensaje inesperado, un "gracias" sincero… gestos pequeños que, al final de la vida, alguien llevará en su billetera como un tesoro.

No subestimes el poder de lo que dices. Puede que, sin saberlo, estés regalando el consuelo que salvará un corazón.

#Reflexiones
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2025/06/30 03:57:23
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