Ven Espíritu Santo, como río de fuego,
ven como un torbellino de luz.
Ven a derramarte
como un manantial de vida desbordante.
Tú conviertes mi interior
en una pradera verde y serena
donde habita la paz.
Espíritu Santo, ven,
como un impulso de viento que renueva.
Porque eres fuerza joven,
empuje saludable de vitalidad.
Déjame entrar en tu abismo luminoso,
y bailar de alegría, y nadar
entre una multitud chispeante de estrellas.
Acaríciame con tu soplo cálido que es amor.
Ven, Espíritu Santo,
Espíritu, libertad.
Ven, no te detengas, ven..."
Tomado de los 5 minutos con el Espíritu Santo 🔥
ven como un torbellino de luz.
Ven a derramarte
como un manantial de vida desbordante.
Tú conviertes mi interior
en una pradera verde y serena
donde habita la paz.
Espíritu Santo, ven,
como un impulso de viento que renueva.
Porque eres fuerza joven,
empuje saludable de vitalidad.
Déjame entrar en tu abismo luminoso,
y bailar de alegría, y nadar
entre una multitud chispeante de estrellas.
Acaríciame con tu soplo cálido que es amor.
Ven, Espíritu Santo,
Espíritu, libertad.
Ven, no te detengas, ven..."
Tomado de los 5 minutos con el Espíritu Santo 🔥
Señor, que oportunidad tan maravillosa es conocerte, amarte y seguirte.
Un día tu nombre llegó a mis oídos y mi vida no volvió a ser la misma. El fuego de tu amor me sedujo y ahora me devora por dentro.
Tu Santo Espíritu me impulsa a amarte más y más cada día.
Desciende, ¡Oh Dios de amor y compasión! y recuérdame que tu Reino es un eterno presente.
Renueva mis fuerzas, renueva mi vida, prepara mi corazón para recibirte en cada momento de mi vida, y sobre todo prepara mi alma para recibir el gran Don de tu compañía. Amén.
Autor desconocido
Un día tu nombre llegó a mis oídos y mi vida no volvió a ser la misma. El fuego de tu amor me sedujo y ahora me devora por dentro.
Tu Santo Espíritu me impulsa a amarte más y más cada día.
Desciende, ¡Oh Dios de amor y compasión! y recuérdame que tu Reino es un eterno presente.
Renueva mis fuerzas, renueva mi vida, prepara mi corazón para recibirte en cada momento de mi vida, y sobre todo prepara mi alma para recibir el gran Don de tu compañía. Amén.
Autor desconocido
No hay lugar en tu vida para perder nunca la esperanza, porque siempre Dios te acompaña y te bendice.
Si abres tu corazón al Señor cada día estarás disfrutando de todas esas bendiciones que Él quiere regalarte.
Deja que hoy Dios sea ese Sol que traiga la luz a tu vida, calor a tu alma, y color a todos tus días.
Te quiero invitar a decidir ser optimista, tener esperanza, amar, estar alegre y creer que podrás salir adelante.
Quizás no puedas cambiar las circunstancias, pero sí puedes cambiar tu manera de enfrentarlas, con fe y esperanza.
Amén.
Autor desconocido
Si abres tu corazón al Señor cada día estarás disfrutando de todas esas bendiciones que Él quiere regalarte.
Deja que hoy Dios sea ese Sol que traiga la luz a tu vida, calor a tu alma, y color a todos tus días.
Te quiero invitar a decidir ser optimista, tener esperanza, amar, estar alegre y creer que podrás salir adelante.
Quizás no puedas cambiar las circunstancias, pero sí puedes cambiar tu manera de enfrentarlas, con fe y esperanza.
Amén.
Autor desconocido
¿ME QUIERES?
Sabes que te quiero,
por mal que lo muestre.
Quizás sea el mío
un afecto a medias,
roto e inseguro.
Todavía ignoro
que el amor no escatima
y la entrega no admite medianías.
Pero tú, Señor, lo sabes,
sabes que te quiero
con todas mis luchas.
Prometo y olvido,
ofrezco y esquivo,
te alejo y te sigo.
No puedo jactarme
de pasión por ti,
yo que te he negado
de tantas maneras.
No presumiré
de ser tu discípulo,
cuando aún me resisto
a cargar tu cruz.
Y, con todo, amigo,
esta pobre llama
que a veces avivas
me abrasa en la entraña,
más que cualquier fuego
de un mundo sin ti.
Sabes que te quiero.
Soy yo, quien, quizás,
aún no he comprendido
que tu amor lo es todo,
que amarte y seguirte
es mi único modo
de ser y vivir.
Foto y texto tomados del muro de Tomás Aponte.
Sabes que te quiero,
por mal que lo muestre.
Quizás sea el mío
un afecto a medias,
roto e inseguro.
Todavía ignoro
que el amor no escatima
y la entrega no admite medianías.
Pero tú, Señor, lo sabes,
sabes que te quiero
con todas mis luchas.
Prometo y olvido,
ofrezco y esquivo,
te alejo y te sigo.
No puedo jactarme
de pasión por ti,
yo que te he negado
de tantas maneras.
No presumiré
de ser tu discípulo,
cuando aún me resisto
a cargar tu cruz.
Y, con todo, amigo,
esta pobre llama
que a veces avivas
me abrasa en la entraña,
más que cualquier fuego
de un mundo sin ti.
Sabes que te quiero.
Soy yo, quien, quizás,
aún no he comprendido
que tu amor lo es todo,
que amarte y seguirte
es mi único modo
de ser y vivir.
Foto y texto tomados del muro de Tomás Aponte.