Una actitud refrescante…
A lo largo de mi vida en la iglesia, he visto que hay una serie de prácticas relacionadas con la humildad que suelen considerarse deseables, tales como:
• Decir que no se nos da bien algo en lo que somos claramente talentosos,
• Destacar nuestra pequeñez, y nuestra incapacidad de hacer las cosas por nosotros mismos
• Dar en seguida la gloria de Dios por cualquier cumplido que nos puedan hacer
¿Esto te suena familiar? Recuerdo de hecho que, cuando conocí al Señor, solía escuchar testimonios de personas que se habían sentido llamadas a servir a Dios en diferentes áreas. Una cosa que me llamaba la atención es que muchas de ellas explicaban cómo al principio no se lo podían creer, y relataban su diálogo con Dios acerca de cómo era posible que ellas hubiesen sido escogidas para esa labor, si no eran dignas, y no se sentían capacitadas para ello.
De primeras, parece una actitud profundamente humilde, pero cuando analizamos todos los elementos mencionados arriba, hay un común denominador que se encuentra en el centro de la escena: el “yo”.
Déjame que te ilustre esto con el ejemplo de Moisés. Cuando Dios le llamó desde la zarza ardiente, Moisés discutió varias veces con el Señor, diciéndole lo torpe de palabra e inadecuado que era para la tarea, y animándole a buscar a otro. Podríamos pensar que Dios debería estar contento con su actitud humilde, pero en realidad dice la Biblia que llegó un punto en el que Dios “se enojó contra Moisés” (Éxodo 4:14).
¿Por qué crees que esta actitud molestó a Dios? Porque es una falsa humildad. Moisés estaba mirándose a sí mismo, en lugar de a Dios. La fe nos lleva a poner nuestra mirada en Él, y a caminar en Su Palabra, no a dudar debido a nuestra pequeñez.
La humildad auténtica consiste en apartarse uno mismo de la ecuación. En la práctica, y siguiendo los ejemplos anteriores, podría ser algo como:
• Reconoce con sencillez aquellas cosas que se te dan bien. Seguro que hay otras muchas que no se te dan tan bien, así que ¡no hay motivo para el orgullo! =)
• Destaca la obra de Dios sobre tu vida, y las cosas preciosas que Él está haciendo.
• Cuando te hagan un cumplido, di con una gran sonrisa: “¡Gracias, lo aprecio enormemente!”. Así, la otra persona se sentirá bendecida al saber que te ha animado, y podréis cambiar rápidamente de tema ;)
• Y cuando Dios te llame a hacer algo, dile: “No sé cómo lo vas a hacer, pero heme aquí. ¡Vamos a por ello!” =)
Querido/a amigo/a, ¡la humildad auténtica es tan refrescante! Que en este día puedas dejar cualquier fórmula o apariencia a un lado, y que puedas disfrutar de conversaciones genuinas, sencillas y refrescantes.
¡Eres un Milagro!
#Dia4
#Plan
#planHumildad7claves
#paraser
#perfectamente
#humildes
A lo largo de mi vida en la iglesia, he visto que hay una serie de prácticas relacionadas con la humildad que suelen considerarse deseables, tales como:
• Decir que no se nos da bien algo en lo que somos claramente talentosos,
• Destacar nuestra pequeñez, y nuestra incapacidad de hacer las cosas por nosotros mismos
• Dar en seguida la gloria de Dios por cualquier cumplido que nos puedan hacer
¿Esto te suena familiar? Recuerdo de hecho que, cuando conocí al Señor, solía escuchar testimonios de personas que se habían sentido llamadas a servir a Dios en diferentes áreas. Una cosa que me llamaba la atención es que muchas de ellas explicaban cómo al principio no se lo podían creer, y relataban su diálogo con Dios acerca de cómo era posible que ellas hubiesen sido escogidas para esa labor, si no eran dignas, y no se sentían capacitadas para ello.
De primeras, parece una actitud profundamente humilde, pero cuando analizamos todos los elementos mencionados arriba, hay un común denominador que se encuentra en el centro de la escena: el “yo”.
Déjame que te ilustre esto con el ejemplo de Moisés. Cuando Dios le llamó desde la zarza ardiente, Moisés discutió varias veces con el Señor, diciéndole lo torpe de palabra e inadecuado que era para la tarea, y animándole a buscar a otro. Podríamos pensar que Dios debería estar contento con su actitud humilde, pero en realidad dice la Biblia que llegó un punto en el que Dios “se enojó contra Moisés” (Éxodo 4:14).
¿Por qué crees que esta actitud molestó a Dios? Porque es una falsa humildad. Moisés estaba mirándose a sí mismo, en lugar de a Dios. La fe nos lleva a poner nuestra mirada en Él, y a caminar en Su Palabra, no a dudar debido a nuestra pequeñez.
La humildad auténtica consiste en apartarse uno mismo de la ecuación. En la práctica, y siguiendo los ejemplos anteriores, podría ser algo como:
• Reconoce con sencillez aquellas cosas que se te dan bien. Seguro que hay otras muchas que no se te dan tan bien, así que ¡no hay motivo para el orgullo! =)
• Destaca la obra de Dios sobre tu vida, y las cosas preciosas que Él está haciendo.
• Cuando te hagan un cumplido, di con una gran sonrisa: “¡Gracias, lo aprecio enormemente!”. Así, la otra persona se sentirá bendecida al saber que te ha animado, y podréis cambiar rápidamente de tema ;)
• Y cuando Dios te llame a hacer algo, dile: “No sé cómo lo vas a hacer, pero heme aquí. ¡Vamos a por ello!” =)
Querido/a amigo/a, ¡la humildad auténtica es tan refrescante! Que en este día puedas dejar cualquier fórmula o apariencia a un lado, y que puedas disfrutar de conversaciones genuinas, sencillas y refrescantes.
¡Eres un Milagro!
#Dia4
#Plan
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#perfectamente
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*_Palabras que hablan_*
“El Señor es mi luz y mi salvación, ¿de quién temeré? El Señor es la fortaleza de mi vida, ¿de quién he de atemorizarme?”
Salmos 27:1 _(JBS )_
Cuando el hombre está al límite en sus emociones, se siente inseguro, se aferra a sus miserias, a una sola manera de pensar; se torna intolerante, no acepta el consejo, no arriesga nada y no hace nada para cambiar.
Con muy poco pasa de la inseguridad y el temor a un estado de violencia y desenfreno, perdiendo toda capacidad de mantenerse en control y gestionar una solución a sus problemas.
El conflicto y el desánimo son contagiosos mientras que a la paz hay que buscarla y seguirla...
El Señor te ofrece su paz en medio de todo conflicto, Él quiere ser tu luz y tu salvación; quiere ser la fortaleza de tu vida.
Confía y descansa en Él…
Tu temor se irá desvaneciendo y tendrás su paz en medio de la adversidad.
Puedes orar así:
Querido Dios, llena mi corazón de tu paz, trae luz a mi vida, sé mi fortaleza y disipa todo mi temor.
En el nombre de Jesús, amén.
“El Señor es mi luz y mi salvación, ¿de quién temeré? El Señor es la fortaleza de mi vida, ¿de quién he de atemorizarme?”
Salmos 27:1 _(JBS )_
Cuando el hombre está al límite en sus emociones, se siente inseguro, se aferra a sus miserias, a una sola manera de pensar; se torna intolerante, no acepta el consejo, no arriesga nada y no hace nada para cambiar.
Con muy poco pasa de la inseguridad y el temor a un estado de violencia y desenfreno, perdiendo toda capacidad de mantenerse en control y gestionar una solución a sus problemas.
El conflicto y el desánimo son contagiosos mientras que a la paz hay que buscarla y seguirla...
El Señor te ofrece su paz en medio de todo conflicto, Él quiere ser tu luz y tu salvación; quiere ser la fortaleza de tu vida.
Confía y descansa en Él…
Tu temor se irá desvaneciendo y tendrás su paz en medio de la adversidad.
Puedes orar así:
Querido Dios, llena mi corazón de tu paz, trae luz a mi vida, sé mi fortaleza y disipa todo mi temor.
En el nombre de Jesús, amén.
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Dear God,
Help me to stay on fire for You, Lord. Ignite a passion in my heart for Your kingdom and for the gospel. Don’t let me grow cold or complacent. Remind me of the joy of my salvation and stir up a deep hunger for Your presence and Your Word. Help me live with urgency, purpose, and love, always ready to serve You and reflect Your light to the world.
As Romans 12:11 (NIV) says, “Never be lacking in zeal, but keep your spiritual fervor, serving the Lord.” Keep my heart burning with love and devotion for You, every day.
In Jesus’ name, amen. 🙏
Querido Dios,
Ayúdame a permanecer en llamas por Ti, Señor. Enciende una pasión en mi corazón por tu reino y por el evangelio. No dejes que me haga frío o complaciente. Recuérdame la alegría de mi salvación y despierta un profundo hambre por Tu presencia y Tu Palabra. Ayúdame a vivir con urgencia, propósito y amor, siempre listo para servirte y reflejar tu luz en el mundo.
Como dice Romanos 12:11 (NVI), "Nunca te falte celo, pero mantén tu fervor espiritual, sirviendo al Señor". Mantén mi corazón ardiendo con amor y devoción por Ti, todos los días.
En el nombre de Jesús, amén. 🙏
Help me to stay on fire for You, Lord. Ignite a passion in my heart for Your kingdom and for the gospel. Don’t let me grow cold or complacent. Remind me of the joy of my salvation and stir up a deep hunger for Your presence and Your Word. Help me live with urgency, purpose, and love, always ready to serve You and reflect Your light to the world.
As Romans 12:11 (NIV) says, “Never be lacking in zeal, but keep your spiritual fervor, serving the Lord.” Keep my heart burning with love and devotion for You, every day.
In Jesus’ name, amen. 🙏
Querido Dios,
Ayúdame a permanecer en llamas por Ti, Señor. Enciende una pasión en mi corazón por tu reino y por el evangelio. No dejes que me haga frío o complaciente. Recuérdame la alegría de mi salvación y despierta un profundo hambre por Tu presencia y Tu Palabra. Ayúdame a vivir con urgencia, propósito y amor, siempre listo para servirte y reflejar tu luz en el mundo.
Como dice Romanos 12:11 (NVI), "Nunca te falte celo, pero mantén tu fervor espiritual, sirviendo al Señor". Mantén mi corazón ardiendo con amor y devoción por Ti, todos los días.
En el nombre de Jesús, amén. 🙏
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DEVOCIONAL: LA PRÁCTICA DE LA FRATERNIDAD
En la vida cristiana, se nos enseña a amar a las personas que nos rodean como nos amamos a nosotros mismos. Esto significa cuidarnos, ayudarnos y respetarnos unos a otros como si fuéramos una gran familia.
Cuando amamos a los demás como hermanos y hermanas, seguimos el ejemplo de Jesús, quien nos mostró cómo hacerlo. Jesús nos enseñó a poner a los demás en primer lugar, a valorar a cada persona y a tratarla con respeto y cariño.
Por eso debemos tratar de ser siempre buenos unos con otros, incluso cuando sea difícil. Esto significa ayudar cuando alguien lo necesite y celebrar las victorias de los demás como si fueran nuestras. Cuando actuamos así, estamos mostrando al mundo el amor de Dios en acción.
Recordemos siempre tratar a los demás con bondad y respeto, porque todos somos importantes ante los ojos de Dios. Cuando nos amamos unos a otros como familia, vivimos el propósito que Dios tiene para nosotros y hacemos del mundo un lugar mejor para todos.
En la vida cristiana, se nos enseña a amar a las personas que nos rodean como nos amamos a nosotros mismos. Esto significa cuidarnos, ayudarnos y respetarnos unos a otros como si fuéramos una gran familia.
Cuando amamos a los demás como hermanos y hermanas, seguimos el ejemplo de Jesús, quien nos mostró cómo hacerlo. Jesús nos enseñó a poner a los demás en primer lugar, a valorar a cada persona y a tratarla con respeto y cariño.
Por eso debemos tratar de ser siempre buenos unos con otros, incluso cuando sea difícil. Esto significa ayudar cuando alguien lo necesite y celebrar las victorias de los demás como si fueran nuestras. Cuando actuamos así, estamos mostrando al mundo el amor de Dios en acción.
Recordemos siempre tratar a los demás con bondad y respeto, porque todos somos importantes ante los ojos de Dios. Cuando nos amamos unos a otros como familia, vivimos el propósito que Dios tiene para nosotros y hacemos del mundo un lugar mejor para todos.
Amando al prójimo
Está atento a las necesidades de los demás y ofrece ayuda práctica siempre que sea posible, demostrando un interés genuino por su bienestar.
Muestra respeto y honra por los demás, reconoce sus habilidades, sus logros y su dignidad como seres humanos creados a imagen de Dios.
Invierte tiempo y esfuerzo en construir relaciones basadas en el amor fraternal, con espacio para apoyar a los demás en los momentos difíciles.
Está atento a las necesidades de los demás y ofrece ayuda práctica siempre que sea posible, demostrando un interés genuino por su bienestar.
Muestra respeto y honra por los demás, reconoce sus habilidades, sus logros y su dignidad como seres humanos creados a imagen de Dios.
Invierte tiempo y esfuerzo en construir relaciones basadas en el amor fraternal, con espacio para apoyar a los demás en los momentos difíciles.
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Plan de lectura-Humildad 7 claves para ser perfectamente humilde
Dia#5
«Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes.»
SANTIAGO 4:6 RVR1960
«Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, este lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.»
SAN JUAN 15:5 RVR1960
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Dia#5
«Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes.»
SANTIAGO 4:6 RVR1960
«Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, este lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.»
SAN JUAN 15:5 RVR1960
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¿Primero o segundo?
¿Cuál es el origen de tu identidad? Todos tenemos muchas cosas que nos definen como personas, pero tenemos que encontrar aquello que nos da un sentido y un propósito.
Muchas personas tratan de encontrar su identidad en el trabajo que realizan, o en sus estudios, en sus equipos deportivos, o aún en su rol en la familia. Todas estas cosas son buenas, y conforman en cierta manera nuestra personalidad, pero no son suficientes para definir quiénes somos en verdad.
Nuestra identidad fluye de Jesús, de nuestra relación profunda con Él. Es en Él en quien podemos tener respuesta a la preguntas de quiénes somos, y de cuál es nuestro propósito aquí en la tierra. Y es de ahí de donde nuestra humildad más sincera también nace: de la convicción de que Él es nuestro todo, y de que sin Él no podemos hacer nada (Juan 15:5).
¿Cuánto dependes de Dios en tu día a día? ¿Cuánto espacio le das para que te dirija a la hora de tomar decisiones? He experimentado en varias ocasiones en mi vida el fracaso de querer hacer las cosas a mi manera, y puedo decirte que he aprendido una cosa: no quiero dejar que mi orgullo me lleve a hacer lo que me apetezca, sino que quiero estar con Jesús en mi día a día, y hacerle parte de mi realidad, para que Él dirija mis pasos.
Esto es humildad auténtica: cuando, en lo más reservado de tus tiempos de oración, derramas todo tu ser ante Dios, y luego, durante el día, te esfuerzas por seguirle y por obedecer aquello que Él te va mostrando. Es ahí donde encontramos la fuerza para poder hacer todo lo que Dios nos llama a hacer sin que nuestro corazón se enorgullezca.
Es por ello que, como Jesús, podemos ser personas seguras, inspiradoras, creativas, innovadoras… y, al mismo tiempo, ser verdaderamente humildes. Sabemos quiénes somos en Jesús, y sabemos que dependemos totalmente de Él. Y es gracias a ello que podemos experimentar una gracia sin igual en nuestras vidas, porque como dice la Escritura, “Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes” (Santiago 4:6).
Querido/a amigo/a, la gracia de Dios en tu vida te permite brillar con Su luz. Que en este día, la Presencia de Dios te guíe en cada paso, y que Su paz te acompañe. ¡Él quiere hacer cosas preciosas en tu vida, y a través de ti!
¡Eres un Milagro!
#Dia5
#Plan
#planHumildad7claves
#paraser
#perfectamente
#humildes
¿Cuál es el origen de tu identidad? Todos tenemos muchas cosas que nos definen como personas, pero tenemos que encontrar aquello que nos da un sentido y un propósito.
Muchas personas tratan de encontrar su identidad en el trabajo que realizan, o en sus estudios, en sus equipos deportivos, o aún en su rol en la familia. Todas estas cosas son buenas, y conforman en cierta manera nuestra personalidad, pero no son suficientes para definir quiénes somos en verdad.
Nuestra identidad fluye de Jesús, de nuestra relación profunda con Él. Es en Él en quien podemos tener respuesta a la preguntas de quiénes somos, y de cuál es nuestro propósito aquí en la tierra. Y es de ahí de donde nuestra humildad más sincera también nace: de la convicción de que Él es nuestro todo, y de que sin Él no podemos hacer nada (Juan 15:5).
¿Cuánto dependes de Dios en tu día a día? ¿Cuánto espacio le das para que te dirija a la hora de tomar decisiones? He experimentado en varias ocasiones en mi vida el fracaso de querer hacer las cosas a mi manera, y puedo decirte que he aprendido una cosa: no quiero dejar que mi orgullo me lleve a hacer lo que me apetezca, sino que quiero estar con Jesús en mi día a día, y hacerle parte de mi realidad, para que Él dirija mis pasos.
Esto es humildad auténtica: cuando, en lo más reservado de tus tiempos de oración, derramas todo tu ser ante Dios, y luego, durante el día, te esfuerzas por seguirle y por obedecer aquello que Él te va mostrando. Es ahí donde encontramos la fuerza para poder hacer todo lo que Dios nos llama a hacer sin que nuestro corazón se enorgullezca.
Es por ello que, como Jesús, podemos ser personas seguras, inspiradoras, creativas, innovadoras… y, al mismo tiempo, ser verdaderamente humildes. Sabemos quiénes somos en Jesús, y sabemos que dependemos totalmente de Él. Y es gracias a ello que podemos experimentar una gracia sin igual en nuestras vidas, porque como dice la Escritura, “Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes” (Santiago 4:6).
Querido/a amigo/a, la gracia de Dios en tu vida te permite brillar con Su luz. Que en este día, la Presencia de Dios te guíe en cada paso, y que Su paz te acompañe. ¡Él quiere hacer cosas preciosas en tu vida, y a través de ti!
¡Eres un Milagro!
#Dia5
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#planHumildad7claves
#paraser
#perfectamente
#humildes