OCHO CONSEJOS de ORACIÓN EN
EL CUARTO DE GUERRA

8.-Ora en voz alta.

Cuando hagas la oración del Señor en el cuarto de guerra, quiero invitarte a
que ores en voz alta; entiendo que Dios lo conoce todo, incluso antes que digas las cosas, pero las conversaciones no ocurren leyendo las mentes de las
personas. Dios habló con Adán y Eva en el huerto, no se comunicaron a
través de percepción extrasensorial; asimismo Jesús habló con las personas y
ellas hablaban con él. Ora en voz alta y observa si te ayuda a permanecer más
concentrado y conectado con Dios.

#CuartodeGuerra
@YosoyGuerrera

LA GUERRA ES ESPIRITUAL.

Estamos en guerra, y no es como la que ves en las noticias, en algún
otro sitio o leíste sobre ella. NO, esta guerra es peor aún, es
espiritual. A pesar de que nuestros ojos físicos no la ven, afecta el
mundo físico.

La Palabra de Dios en Efesios 6 nos explica cómo debemos luchar,
contra qué o quiénes peleamos, cuál es nuestra batalla, cómo es la
armadura divina y las armas de combate. Hay una frase pequeña
pero poderosa, que llama mi atención aquí: «Estén firmes».

La palabra firme, en el griego, significa enfrentarse al enemigo cara
a cara; entonces, Dios nos dice que encararemos seres espirituales
malignos, pero que debemos permanecer firmes. Además, nos
enseña que es preciso alejar el temor, creer que ya el adversario fue derrotado y mantenernos en esa gran verdad.

Aunque nuestros ojos físicos vean lo contrario, sabemos que es un
engaño para hacernos caer. Solo es una pantalla, un espejismo que
nos muestra el diablo para que dejemos de creer y caigamos en su
trampa. Confía en Dios y en Su palabra porque Él no es hombre
para mentir. Y si no crees ni confías en el Señor, esa guerra
espiritual que no podemos ver, pero afecta el ámbito físico (salud,
economía, matrimonio, hijos, problemas legales, pérdidas, etc.),
terminará dañándote. Esto significa que detrás de toda circunstancia
difícil, enfermedad, problema legal, pérdida, rechazo, luto, dolor,
tristeza, miseria y demás, siempre hay una raíz espiritual. Para liberarnos de ese ataque del enemigo debemos encontrar la raíz,
cuando esto se convierte en una fortaleza, es mucho más difícil
vencerlo. Por eso es importante la liberación, encontrar la raíz del
problema, en otras palabras, el origen de ese ataque espiritual.

LA gUERRA ES ESPIRITUAL
muchos no entienden que la lucha no es contra la carne, sino contra
los seres espirituales malignos. Por esa razón, aquellos que no han
comprendido, luchan continuamente contra su carne sin alcanzar
resultados, por más que tratan no logran cambios consistentes
porque no han encontrado la raíz del ataque espiritual. Por ello,
Satanás quiere evitar que entiendas qué es la guerra espiritual y que
la pongas en acción.

El propósito es que vivas en la victoria que Dios nos dio, solo debes
aprender a usar las armas espirituales de guerra y entrar en lo
sobrenatural por medio de la batalla espiritual. Estén firmes,
soldados, guerreros de Dios, no desistan y resistan al diablo, porque
él ya está vencido. Y cuando Satanás traiga problemas, pleitos,
escasez, enfermedad y otras situaciones adversas, debes echarlo
fuera en el nombre de Jesús.

• No aceptes. No recibas ninguna enfermedad, miseria, dificultad,
etc.
• Ya estás liberado de toda cadena.
• Estás sanado por las llagas de Cristo Jesús.
• Ya tienes la victoria sobre el diablo y sus secuaces.
• Ya tienes la victoria sobre todo ser maligno.

Jesús nos dio la victoria. ¡Aleluya! Escrito esta:
… En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al
mundo. (Juan 16:33)

#GuerraEspiritual
@YosoyGuerrera

GUERREROS ESPIRITUALES DE DIOS.

En Deuteronomio 20:1-9, la Escritura nos dice: Leyes sobre la guerra
Cuando salgas a la guerra contra tus enemigos, si vieres caballos y
carros, y un pueblo más grande que tú, no tengas temor de ellos,
porque Jehová tu Dios está contigo, el cual te sacó de tierra de Egipto.

Y cuando os acerquéis para combatir, se pondrá en pie el sacerdote
y hablará al pueblo, y les dirá: Oye, Israel, vosotros os juntáis hoy
en batalla contra vuestros enemigos; no desmaye vuestro corazón,
no temáis, ni os azoréis, ni tampoco os desalentéis delante de ellos;
porque Jehová vuestro Dios va con vosotros, para pelear por vosotros contra vuestros enemigos, para
salvaros.

Y los oficiales hablarán al pueblo, diciendo: ¿Quién ha edificado
casa nueva, y no la ha estrenado? Vaya, y vuélvase a su casa, no
sea que muera en la batalla, y algún otro la estrene.

¿Y quién ha plantado viña, y no ha disfrutado de ella? Vaya, y
vuélvase a su casa, no sea que muera en la batalla, y algún otro la
disfrute.

¿Y quién se ha desposado con mujer, y no la ha tomado? Vaya, y
vuélvase a su casa, no sea que muera en la batalla, y algún otro la
tome.

Y volverán los oficiales a hablar al pueblo, y dirán: ¿Quién es
hombre medroso y pusilánime? Vaya, y vuélvase a su casa, y no
apoque el corazón de sus hermanos, como el corazón suyo.
Y cuando los oficiales acaben de hablar al pueblo, entonces los
capitanes del ejército tomarán el mando a la cabeza del pueblo. Es importante que medites en estos versículos de la Biblia. Piensa o
imagina un cuartel donde hay soldados, sargentos y demás, que son entrenados para ir a la guerra si es necesario. Ese es un panorama
semejante al nuestro como creyentes que enfrentamos una batalla.
Por supuesto, la guerra que los cristianos libramos es espiritual; más
fuerte y desgastante que la física.

¡Estamos en guerra! Los soldados de Dios deben capacitarse para
enfrentarla porque requiere fortaleza y estrategias certeras. Sin
embargo, tenemos una gran ventaja que pasa desapercibida para
muchos o queda en el olvido: Jesucristo ya nos dio la victoria.
Aleluya, salta y gózate porque tenemos la batalla ganada. Solo
debemos creer, confiar en Dios y resistir al diablo.

En 2 Timoteo 2:4 la Palabra de Dios expresa:
Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de
agradar a aquel que lo tomó por soldado.

Y en 1 Timoteo 1:18 la Escritura nos dice:
Este mandamiento, hijo Timoteo, te encargo, para que conforme a
las profecías que se hicieron antes en cuanto a ti, milites por ellas la
buena milicia.

Somos guerreros de Dios. Fuimos apartados para ser soldados del
Señor y recibimos un constante entrenamiento. Él nos capacita para
ser más efectivos y cumplir con nuestras asignaciones, entre estas,
la guerra espiritual.

#GuerraEspiritual
@YosoyGuerrera

LUGAR DE ATAQUE.

Esta guerra es en extremo importante, debemos estar preparados para entrar en ella. El primer paso es identificar dónde Satanás está atacando.

En Efesios 6 la Escritura afirma que la lucha no es contra la carne;
aquellos que ves físicamente, no es con tus compañeros de trabajo
que tornan tu vida imposible, con el socio que te traicionó, ni con tu
propia familia que te dio la espalda. Sin duda alguna, la guerra no es
contra tus vecinos ni contra las personas con quienes enfrentas
problemas legales. Deja de pelear contra los seres humanos, ellos
solo son usados por el maligno para destruirte.

Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra
principados, contra potestades, contra los gobernadores de las
tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las
regiones celestes. (Efesios 6:12)
Cuando Pablo habla de regiones celestes o huestes espirituales,
habla del mundo espiritual. Esto quiere decir que los ataques que
recibimos en el plano físico (por ejemplo, enfermedad, extrema
pobreza, rechazos, dificultades, divorcios, vicios y demás), tienen su
origen en el ámbito espiritual.
Pablo nos enseña en Efesios 6:13 que Dios nos dio armas de guerra:
Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir
en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes.

Todo problema o ataque que enfrentes se origina en el mundo
espiritual, donde no vemos con los ojos físicos, pero es posible
aprender a ver con los ojos espirituales. Cuando nos ejercitamos en el uso de nuestros sentidos espirituales, logramos identificar con
mayor rapidez la raíz de las agresiones que recibimos para hacerles
frente con la guerra espiritual. Con ese objetivo, Dios ha provisto las
armas de batalla y la rotunda victoria, nos queda confiar en Él
totalmente.
Si no descansas en el Señor y no enfrentas esta guerra espiritual,
no vivirás en victoria. Es preciso mantener el triunfo que nos dio el
Señor y estar firmes. Entonces, ya no peleas por la victoria porque es algo que no necesitamos conquistar, peleas desde esa posición
para afirmar la fortaleza y el señorío que Él nos entregó. Dios hizo
nuestras todas las bendiciones. Ahora, ¡a tomar lo que nos pertenece!

No hay motivo para asustarse, querido lector, lo mejor está por venir.
En el mundo físico existen innumerables recursos importantes, sin embargo, me queda claro que no debo amar el mundo ni lo que hay
en él. Algunas de las cosas valiosas a las que me refiero están
relacionadas con aquello que aprendemos en la iglesia, en los
cursos de discipulado, en los estudios bíblicos, etc. También pienso
que fuera del templo, en nuestro diario vivir, adquirimos
conocimientos que ciertamente nos ayudan. No obstante, a lo largo
de estos años en que el Señor me ha capacitado, he tenido la
oportunidad de visitar varias iglesias que se alejan demasiado de la
vida sobrenatural y solo otorgan prioridad a la palabra humana.

Estas congregaciones no ponen en acción la Escritura, enseñan
sobre la armadura de Dios, pero no instruyen en el modo de usarla.

El emocionalismo se convierte en el «sentir» que dirige la iglesia, lo
realmente sobrenatural no ocurre. Se suele ignorar al Espíritu Santo,
actúan sin Él, como si no estuviera con nosotros. Es por estas razones que vemos tantos cristianos derrotados, desesperados, caídos, que viven oprimidos por el diablo, porque en numerosas iglesias no se enseñan los principios de la guerra espiritual.

También he conocido congregaciones donde afirman que enseñar
guerra espiritual hace huir a las personas porque les da miedo lidiar
con los demonios. Declaran, además, que por causa de esas
enseñanzas los creyentes se van de su congregación porque no les
gusta ver extremos. ¿Extremos? La Palabra de Dios nos enseña

con claridad sobre la guerra espiritual, advierte que no peleamos
contra las personas, sino contra seres espirituales malignos. Ante
estas posturas, las iglesias se convierten en cuarteles donde los
soldados llevan un uniforme, pero no saben cómo usar las armas.
Peor aún, deciden no cargar ningún arma de lucha, ellos no tienen idea de cómo entrar en una batalla espiritual. Sin embargo, cuando vienen las tribulaciones y los ataques del maligno y sus demonios, se llenan de terror y piden oración a todos los miembros de la iglesia, cuando ya hay daños.
¿Qué sucede, iglesia? No debemos agradar al hombre, sino a Dios,
y vivir Su Palabra. Estoy convencida de que, si cada cristiano camina en lo sobrenatural, tendrá el éxito asegurado y mantendrá su
victoria en todo lo que hace, porque la Escritura afirma que: «Jehová
te enviará su bendición sobre tus graneros, y sobre todo aquello en
que pusieres tu mano» (Deuteronomio 28:8), también enseña que:

«Todo lugar que pisare la planta de vuestro pie será vuestro»

(Deuteronomio 11:24).
me pregunto: ¿por qué cedería al diablo el territorio que mi Abba
Padre me dio? El Señor dice que es mío. No tengo intención de
darle cabida ni lugar al adversario ni a sus demonios. No les cederé
nada.

Le creo a Dios y sé que con Él siempre estaré en victoria. Es por
eso que me visto con Su armadura y me sostengo con Su
maravillosa gracia, que es suficiente.

#GuerraEspiritual
@YosoyGuerrera

LA GRACIA DE DIOS.


Somos salvos por medio de la gracia de Cristo, quien pagó el precio de nuestros pecados.

He oído que muchos hablan de la gracia de Dios, pero puedo
asegurar que no todos entienden lo que ella significa.

La Biblia explica con claridad que la gracia es un don de Dios; es el
regalo de Su misericordia clemente e inmerecida para la humanidad.
Es la esencia misma del carácter de Dios; aquello que se manifiesta
con tanta abundancia en Sus actos de piedad, misericordia y compasión
Pedro explica que Dios es el «Dios de toda gracia»: 1 Pedro 5:10
Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en
Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él
mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca.

Cada creyente cristiano debe entender lo que significa «LA gRACIA
DE DIOS». Ella nos transforma, es el poder divino para ayudarnos
con todos nuestros defectos. La gracia de Dios es suficiente para
cubrir nuestra deuda, transformarnos y ayudarnos siempre.

En Efesios 1:5-6 vemos que el plan de Dios consiste en tener
misericordia de toda la humanidad, perdonar nuestros pecados y
predestinarnos para ser adoptados por Él y aceptos ante Su presencia: «En amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado».

La gracia es el punto de acceso a Dios. Para llegar a esta puerta de
entrada, necesitamos la fe. No es por vista, es por fe. Cuando tenemos ese fruto, estamos listos para pedir nuestras bendiciones y
sabemos que Él ya nos entregó todo, aunque nuestros ojos físicos
aún no lo vean, porque Dios no es varón para mentir. Si conoces
este principio tan poderoso, podrás tomar tus decisiones y dejarás
que el Espíritu Santo te guíe.

#GuerraEspiritual
@YosoyGuerrera

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