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Yo pensaba que cuando se había estirado hacia atrás del auto intentaba escapar 😢
Mi general 🫡
En pleno centro de Newcastle upon Tyne, casi oculta a la vista entre adoquines y hierbas, descansa una reliquia que ha visto pasar siglos de historia: la “Lowping-on Stone”.

A simple vista parece un bloque irregular de piedra, gastado por el tiempo. Pero durante generaciones cumplió una función muy práctica: ayudar a montar a caballo. En una época en que los establos y las posadas dominaban las calles, los jinetes utilizaban esta piedra para subirse a sus monturas con mayor facilidad.

La fotografía de 1880 nos muestra la piedra en su contexto original, a la entrada de posadas populares como el Golden Lion Inn. Dos años más tarde, aquellos edificios serían derribados, pero la piedra permaneció, muda y firme, como si se negara a desaparecer junto con ellos.

Lo fascinante de la Lowping-on Stone es que no es un monumento erigido con fines conmemorativos, ni una escultura diseñada para ser admirada. Es un objeto cotidiano que sobrevivió a su época, testigo de una ciudad en transformación, donde los caballos eran esenciales para el movimiento, el comercio y la vida misma.

Hoy, entre coches, transeúntes y modernos edificios, sigue en pie. Nadie se sube ya sobre ella para montar a caballo, pero basta detenerse un instante frente a su silueta para sentir la memoria de cascos resonando sobre la piedra, de viajeros preparando sus equipajes, de una ciudad que alguna vez vivió al ritmo de los establos.

En su modestia, esta piedra es un recordatorio de cómo incluso los objetos más simples pueden convertirse en guardianes silenciosos de la historia.
Podrán decir lo que quieran. Pero ese el opening más genial de una carrera universitaria 😎
Era el 30 de noviembre de 1718. Las tropas suecas sitiaban la fortaleza de Fredriksten, en Noruega, bajo un frío cortante. A la cabeza de sus hombres estaba Carlos XII de Suecia, conocido como el “Rey de Hierro”, un monarca guerrero que había pasado la mayor parte de su vida en campaña.

Mientras inspeccionaba las trincheras, levantó la cabeza apenas un instante… y un proyectil lo alcanzó. Entró por su sien izquierda y salió por la derecha. El rey cayó sin una palabra, y con él se derrumbó la ambición sueca de dominar el norte de Europa.

La muerte de Carlos XII fue tan abrupta como polémica. ¿Lo mató un disparo enemigo desde la fortaleza noruega? ¿O fue víctima de una traición desde sus propias filas, hartas de una guerra interminable? El debate duró siglos.

En 1917, casi doscientos años después, se exhumó el cuerpo y se tomaron estas fotografías de su cráneo. El orificio del impacto es claro, pero la procedencia del disparo sigue siendo un misterio. Ninguna autopsia ha podido zanjar la duda: bala extranjera o bala traidora.

Lo cierto es que con la muerte del monarca terminó también la Era de Gran Potencia de Suecia. El hombre que había resistido guerras contra Rusia, Polonia y Dinamarca, cayó en un instante en las sombras de la historia.

Carlos XII tenía solo 36 años. Murió como había vivido: en el campo de batalla.
Pero su último disparo aún resuena, no en cañones, sino en preguntas sin respuesta.
En memoria de Janis Joplin.
19 de enero de 1943 – 4 de octubre de 1970
Inglés del siglo XX se encuentra con el inglés del siglo XIII
En el año 1046, Uta von Ballenstedt murió durante una epidemia.
Era una noble alemana respetada, pero sin gloria. Una figura destinada al olvido, hasta que, dos siglos después, un escultor anónimo —el llamado Maestro de Naumburgo— inmortalizó su rostro en piedra.
En la catedral de Naumburgo, Uta se alza con el rostro sereno y una capa que le cubre el cuello hasta la barbilla. Su mirada, fría y distante, parece atravesar los siglos. La elegancia gótica de sus rasgos la convirtió en uno de los íconos más imponentes del arte medieval alemán.
Casi novecientos años más tarde, en 1935, mientras Walt Disney preparaba Blancanieves, un colaborador le mostró una fotografía de la estatua. Disney quedó fascinado. Aquel rostro severo, de belleza aristocrática y ojos impenetrables, era justo lo que buscaba para su reina malvada.
Así, la mujer olvidada de una catedral medieval renació en el cine como Grimhilde, la Reina de Blancanieves.
Del mármol al dibujo, del silencio de una tumba al brillo de la animación.
Uta von Ballenstedt, sin quererlo, se convirtió en leyenda.
En el futuro, todos serán famosos mundialmente por 15 minutos.
- Andy Warhol (Artista plástico y actor estadounidense, USA 1928 - 1987)
Una bomba atómica en Viena habría evitado el 90% de los problemas del siglo XX
2025/10/25 15:41:54
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