Hoy estuviera cumpliendo a帽os el primer铆simo actor Frank Gonz谩lez, un infarto le quit贸 la vida pero Elpidio Vald茅s le dio la eternidad! El primer铆simo actor cubano falleci贸 a los 73 a帽os, en el 2021, pero dej贸 un legado que lo har谩 permanecer en cada Cubano sin importar 茅poca ni generaci贸n, m谩s all谩 de sus numerosos personajes en Aventuras, Novelas, Series, tambi茅n queda su legado, poniendo voz a los animados cubanos, cada ocasi贸n que veamos a Matojo, Vampiros en La Habana, los Filminutos, ah铆 estar谩 tambi茅n Frank, pero sin dudas Elpidio Vald茅s, la serie animada m谩s famosa de Cuba, es donde ha quedado y quedar谩 en la memoria de cada Cubano, est茅 donde est茅, tenga la edad que tenga. Que a t铆 llegue nuestro homenaje, nuestro agradecimiento, al amor de todo un pueblo que lo recuerda, 隆 Hasta la Vista, Compay !鉂わ笍
驴Qu茅 pasar铆a si salvaras la vida de quien m谩s amas, solo para ser condenado por ello? Esta es la historia de Gelert, y es una de las m谩s desgarradoras jam谩s contadas.
Siglo XIII, Gales. El pr铆ncipe Llywelyn el Grande ten铆a un perro llamado Gelert, regalo del rey Juan de Inglaterra. Era su perro favorito, su compa帽ero constante.
Pero un d铆a, cuando Llywelyn son贸 su cuerno de caza, Gelert no apareci贸. Extra帽ado, pero decidido, el pr铆ncipe parti贸 a cazar sin 茅l.
Cuando regres贸, Gelert lo recibi贸 con entusiasmo desbordado, saltando y moviendo la cola... con el hocico completamente cubierto de sangre fresca.
El coraz贸n de Llywelyn se detuvo. Corri贸 hacia la habitaci贸n de su hijo beb茅. La cuna estaba volcada. Las paredes salpicadas de sangre. El ni帽o... no estaba a la vista.
En un segundo de terror ciego y furia devastadora, Llywelyn desenvain贸 su espada y la hundi贸 en el costado de Gelert.
El lamento ag贸nico del perro llen贸 la habitaci贸n. Y entonces... Llywelyn escuch贸 otro sonido. El llanto de un beb茅.
Corri贸 hacia la cuna volcada y ah铆, protegido bajo ella, estaba su hijo ileso. Y a un costado, el cuerpo de un lobo, despedazado por las mand铆bulas de Gelert en una batalla a muerte.
La verdad lo golpe贸: Gelert no hab铆a atacado a su hijo. Lo hab铆a salvado. Hab铆a peleado contra un depredador mortal y ganado, protegiendo al beb茅 con su propia vida. Y Llywelyn, en su p谩nico irracional, hab铆a asesinado a su salvador.
La leyenda cuenta que Llywelyn nunca volvi贸 a sonre铆r. Enterr贸 a Gelert con una ceremonia digna de un h茅roe, erigiendo un cairn de piedras que a煤n hoy marca el lugar en Beddgelert, Gales (literalmente, "La tumba de Gelert").
S铆, historiadores modernos sugieren que la historia fue embellecida, o incluso inventada, por un posadero del siglo XVIII para atraer turismo. Pero la leyenda persiste porque toca algo universal: el terrible costo de juzgar antes de entender.
Siglo XIII, Gales. El pr铆ncipe Llywelyn el Grande ten铆a un perro llamado Gelert, regalo del rey Juan de Inglaterra. Era su perro favorito, su compa帽ero constante.
Pero un d铆a, cuando Llywelyn son贸 su cuerno de caza, Gelert no apareci贸. Extra帽ado, pero decidido, el pr铆ncipe parti贸 a cazar sin 茅l.
Cuando regres贸, Gelert lo recibi贸 con entusiasmo desbordado, saltando y moviendo la cola... con el hocico completamente cubierto de sangre fresca.
El coraz贸n de Llywelyn se detuvo. Corri贸 hacia la habitaci贸n de su hijo beb茅. La cuna estaba volcada. Las paredes salpicadas de sangre. El ni帽o... no estaba a la vista.
En un segundo de terror ciego y furia devastadora, Llywelyn desenvain贸 su espada y la hundi贸 en el costado de Gelert.
El lamento ag贸nico del perro llen贸 la habitaci贸n. Y entonces... Llywelyn escuch贸 otro sonido. El llanto de un beb茅.
Corri贸 hacia la cuna volcada y ah铆, protegido bajo ella, estaba su hijo ileso. Y a un costado, el cuerpo de un lobo, despedazado por las mand铆bulas de Gelert en una batalla a muerte.
La verdad lo golpe贸: Gelert no hab铆a atacado a su hijo. Lo hab铆a salvado. Hab铆a peleado contra un depredador mortal y ganado, protegiendo al beb茅 con su propia vida. Y Llywelyn, en su p谩nico irracional, hab铆a asesinado a su salvador.
La leyenda cuenta que Llywelyn nunca volvi贸 a sonre铆r. Enterr贸 a Gelert con una ceremonia digna de un h茅roe, erigiendo un cairn de piedras que a煤n hoy marca el lugar en Beddgelert, Gales (literalmente, "La tumba de Gelert").
S铆, historiadores modernos sugieren que la historia fue embellecida, o incluso inventada, por un posadero del siglo XVIII para atraer turismo. Pero la leyenda persiste porque toca algo universal: el terrible costo de juzgar antes de entender.
Lamentablemente, la leyenda de Gelert no es del todo cierta . Aunque Llywelyn fue un pr铆ncipe real, nacido en 1173, la idea del perro fue una adici贸n fantasiosa y una jugada maestra de marketing. La historia se relacion贸 originalmente con el pueblo gracias a un astuto hombre de negocios.
