“He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará.”
(Lucas 10:19).

Cuando le abrimos nuestro corazón a Jesús y lo aceptamos como nuestro Salvador, nos convertimos en una nueva criatura; todo lo viejo que nos habitaba muere y nacemos de muerte a vida eterna; pero hay cosas arraigadas a nuestra vida, como consecuencia de nuestro pecado, que tienen que ser reveladas y expuestas para que salgan de nosotros, ataduras a las que tenemos que renunciar. Una persona puede experimentar ataduras en una o varias áreas de su vida. Hoy en día son muchas las personas que anhelan avanzar en su caminar en Cristo pero ciertos nudos se lo impiden. Cristo en la cruz del Calvario pagó por todos nuestros pecados, rebeliones y ataduras, pero es una decisión nuestra creer el acto que Él hizo en la Cruz.
Las ataduras atacan al cuerpo de Cristo que es su iglesia. Una atadura puede ser física, emocional, espiritual, cultural, social y económica. Cuando una persona está cautiva por una atadura, se siente estancada en su andar con Jesús, sin poder avanzar, derrochando esfuerzo y energía. La persona que ha tenido una atadura por mucho tiempo, muchas veces no es consciente de ella hasta que es expuesta por la luz y el poder de Dios. Las ataduras traen ceguera espiritual, falta de entendimiento y de esperanza.
¿Y qué es una atadura?
Es un elemento espiritual que impide el movimiento y el avance, aislando y destruyendo la libertad de una persona. Todas las ataduras buscan oprimir, atormentar, y con el paso del tiempo terminan desarrollando un hábito y una conducta, que luego generan más hábitos y más conductas destructivas y aceleran el deterioro físico, espiritual y moral de la persona.
¿Cómo se alimentan las ataduras?
Su alimento son el pecado contra Dios y la ausencia de Él. Es decir, cuando alguien no lidia a tiempo con una atadura, esta irá echando raíces hasta establecer otra atadura, y luego otra atadura en otra área, hasta que la persona queda en cautividad.
¡Pero hay una buena noticia!.. y es que tú puedes ser libre de toda atadura. En el versículo inicial se evidencia la autoridad que Jesús nos ha dado y cuando existe una comunión íntima con Dios y una obediencia a su visión, propósito y diseño, día a día Dios va limpiando, sanando, liberando y rompiendo las ataduras que quieran arraigarse.
Lo primero que debes hacer es identificarla. Cuando Jesús habla con el endemoniado gadareno lo llamó por su nombre, le dijo “legión”. Identifica y reconoce qué cosas no te dejan avanzar y son ataduras en tu vida; si no identificamos nosotros mismos y reconocemos, no podremos ver liberación, por eso Jesús en Su palabra nos lleva a creer con el corazón pero a confesar con la boca, porque es una cuestión de “reconocer.”
Lo segundo que debemos hacer es renunciar a ellas, debes ir al Padre y decirle que no quieres más esa naturaleza en tu vida. Aborrece lo que te hace daño.
Lo tercero es cambiar de dirección; si sabes que hay lugares que te acercan más a tu pasado que a tu futuro, entonces es tiempo de cambiar de rumbo. Si la falta de perdón era una atadura, llegó el momento de perdonar; si la avaricia era una atadura, llegó el momento de dar desmedidamente; si la promiscuidad era una atadura en tu vida, llegó el momento de guardarte en santidad. Si las piezas de tu rompecabezas estaban desordenadas, llegó el momento de que Jesús las restaure.
Como cristiano no puedes seguir sufriendo del yugo de opresión por cosas del pasado, después de haberte convertido, ¡NO!.. tú tienes que cerrar puertas con las maldiciones de tu linaje y moverte en la legalidad eterna y no en almatismos humanos…¡porque la libertad con la que Cristo nos hizo libres ningún sucio demonio te la puede quitar!

Así que a partir de hoy declara que eres libre de toda atadura, enfermedad, ruina, estancamiento, maldición y pecado, porque como hijo de Dios la libertad es parte de tu diseño; declara que milagros poderosos rodean tu casa, tu vida y tu familia, y que las señales y los prodigios caminan contigo porque vives por fe y no por vista; declara que que el amor de Dios te rodea como los brazos de un padre abrazan a un hijo, y que tener intimidad con Dios en adoración es tu deleite y Su palabra es lo que guía tu camino!

Es mi mayor deseo que esta reflexión toque tu corazón y lo transforme 💖. Que la gracia y paz de Cristo llene sus vidas, hoy y siempre 🙏🏻. Un fuerte abrazo 🙌🏻.

Escrito por: Sigriet Venegas de la Paz para Radio Fe 🇨🇺

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🎙️☀️Hola Dios les bendiga,un placer saludarles en esta hermosa mañana.El equipo de “Radio Fe " les desea un maravilloso día, que la  paz y el amor de Cristo estén junto a cada uno de ustedes!!!! Gloria a su nombre 🙏🙏🙏 #laemisoraquemarcatendencia #radiofecuba

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