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Las grandes ciudades no sobrevivirán este siglo

Enfrentarse al Sobrepasamiento Ecológico exige un cambio de paradigma transformacional consciente, es decir, el abandono de las creencias,  valores y supuestos fundacionales del capitalismo neoliberal y su sustitución por un  marco que refleje mejor la realidad biofísica. Esto implica nada menos que una metamorfosis personal y civilizacional desde la juventud contemporánea obsesionada por el crecimiento hasta la madurez adulta en estado estacionario.

William E. Rees
—Hay que saber aventajar a un planeta en su propio juego —dijo Chatterton—. Llegar y rasgarlo, matar sus serpientes, envenenar sus animales, contener sus ríos, sembrar sus campos, purificar su aire, abrir minas, dominarlo, dividirlo en pedazos, y escapar cuando se ha conseguido lo que se quiere. Si no es así, el planeta lo liquida a uno. No se puede confiar en los planetas. Tienden a ser diferentes, tienden a ser malignos, tienden a querer deshacerse de uno, especialmente aquí tan lejos, mil millones de millas de ningún sitio, de modo que es mejor aventajarlos. Arrancarles su piel, como digo. Arrancar los minerales y escapar antes de que el maldito mundo explote en tu cara. Ese es el modo de tratarlos.

Ray Bradbury
Escribo para que no suceda lo que temo; para que lo que me hiere no sea; para alejar al Malo. Se ha dicho que el poeta es el gran terapeuta. En este sentido, el quehacer poético implicaría exorcizar, conjurar y, además, reparar. Escribir un poema es reparar la herida fundamental, la desgarradura. Porque todos estamos heridos.

Alejandra Pizarnik
No: no quiero nada.
Ya dije que no quiero nada.

¡No me vengan con conclusiones!
La única conclusión es morir.

¡No me vengan con estéticas!
¡No me hablen de moral!
¡Aparten de aquí la metafísica!
No me pregonen sistemas completos, no me alineen conquistas
De las ciencias (¡de las ciencias, Dios mío, de las ciencias!)—
¡De las ciencias, de las artes, de la civilización moderna!

¿Qué mal hice a todos los dioses?

¡Si poseen la verdad, guárdensela!

Soy un técnico, pero tengo técnica sólo dentro de la técnica.
Fuera de eso soy loco, con todo el derecho a serlo.
Con todo el derecho a serlo, ¿oyeron?

¡No me fastidien, por amor de Dios!

¿Me querían casado, fútil, cotidiano y tributable?
¿Me querían lo contrario de esto, lo contrario de cualquier cosa?
Si yo fuese otra persona, les daría a todos gusto.
¡Así, como soy, tengan paciencia!
¡Váyanse al diablo sin mí,
O déjenme que me vaya al diablo solo!

¿Para qué hemos de ir juntos?
¡No me toquen en el brazo!
No me gusta que me toquen en el brazo. Quiero estar solo,
¡Ya dije que soy un solitario!
¡Ah, que fastidio querer que sea de la compañía!

Oh cielo azul —el mismo de mi infancia—,
¡Eterna verdad vacía y perfecta!
¡Oh suave Tajo ancestral y mudo,
Pequeña verdad donde el cielo se refleja!
¡Oh amargura revisitada, Lisboa de antaño de hoy!
¡Nada me das, nada me quitas, nada eres que yo me sienta!

¡Déjenme en Paz! No tardo, yo nunca tardo…
¡Y mientras tarda el Abismo y el Silencio quiero estar solo!

Fernando Pessoa
La ansiedad, la angustia, el temor revelan nuestra vulnerabilidad. Hemos tenido que aprender a soportarlos y a convivir con ellos. Pero la rebelde naturaleza humana rechaza esa táctica apaciguadora. No le ha bastado al hombre con protegerse, con resignarse al miedo o con ejecutar, como los animales, las respuestas al temor prefijadas por la naturaleza: la huida, el ataque, la inmovilidad, la sumisión. Ha querido también sobreponerse al temor. Actuar como si no lo tuviera. Todo el mundo conoce la anécdota del mariscal de Turenne, conocido por su valor. Antes de entrar en combate, sintiendo que temblaba de miedo, se dijo: «¿Tiemblas, cuerpo mío? Pues más temblarías si supieras dónde te voy a meter». Valiente no es el que no siente miedo —ése es el impávido, el insensible—, sino el que no le hace caso, el que es capaz de cabalgar sobre el tigre. «Courage is grace under pressure», dijo Hemingway. Valor es mantener la gracia, la soltura, la ligereza, estando bajo presión. Pero esta llamada ascendente puede tal vez hundirnos más en la negrura, porque ¿cómo se puede esperar de mí que sea valeroso si mi corazón está roído, debilitado, vampirizado por el miedo?

Anatomía del miedo

José Antonio Marina Torres, 2006
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LA TORTUGA ROJA
Michaël Dudok de Wit
Francia, 2016
2025/07/05 04:45:43
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