A veces rememoro tus tristezas
A veces te pienso y entristezco
Por todo el mal provocado;
Aunque eres parte del pasado
Hay tantas acciones que aborrezco.
A veces rememoro tus tristezas
Tantas penas que te provoqué;
Lamento los instantes que fallé
Intentando olvidar, si me dejas.
Son noches en que arrepentido
Divago por tus pensamientos
Y añoro sanar tantos tormentos
Escribiendo estos versos compungido.
Pero ya es tarde para resolver
Las penurias que te compartí.
Tú estás lejos y yo estoy aquí
Sufriendo mi presente anochecer.
#Adem
21-01-2025
10:08 p. m.
A veces te pienso y entristezco
Por todo el mal provocado;
Aunque eres parte del pasado
Hay tantas acciones que aborrezco.
A veces rememoro tus tristezas
Tantas penas que te provoqué;
Lamento los instantes que fallé
Intentando olvidar, si me dejas.
Son noches en que arrepentido
Divago por tus pensamientos
Y añoro sanar tantos tormentos
Escribiendo estos versos compungido.
Pero ya es tarde para resolver
Las penurias que te compartí.
Tú estás lejos y yo estoy aquí
Sufriendo mi presente anochecer.
#Adem
21-01-2025
10:08 p. m.
Fantasma
Vienes, otra vez, a mi mente
Y te impregnas furtivamente.
Bella dama, relámpago,
Estrella, fantasma.
Yo solo te recuerdo sonriente
Y dispuesta a quererte,
Pero una profunda sima
Se encargó de separarnos.
Vienes, otra vez, a mi mente
Sinuosa, silenciosa, emergente.
Bella dama, trueno,
Astro, fantasma.
...
Vienes a quedarte
Dentro de mis pensamientos
Espectral y circundante.
#Adem
24-01-2025
9:06 p. m.
Vienes, otra vez, a mi mente
Y te impregnas furtivamente.
Bella dama, relámpago,
Estrella, fantasma.
Yo solo te recuerdo sonriente
Y dispuesta a quererte,
Pero una profunda sima
Se encargó de separarnos.
Vienes, otra vez, a mi mente
Sinuosa, silenciosa, emergente.
Bella dama, trueno,
Astro, fantasma.
...
Vienes a quedarte
Dentro de mis pensamientos
Espectral y circundante.
#Adem
24-01-2025
9:06 p. m.
Mediodía
Entre las olas que se obstinan
en la arena
y los tamarindos que se mecen
en manos de la brisa
surge
súbita como un salto
de gacela
la mirada temible de una niña.
#VíctorBotas
Entre las olas que se obstinan
en la arena
y los tamarindos que se mecen
en manos de la brisa
surge
súbita como un salto
de gacela
la mirada temible de una niña.
#VíctorBotas
La despedida
Adiós, hijo, ya no nos volveremos a ver.
(De una carta de mi padre)
Como el olvido es malo, nunca olvido;
han pasado estos años... Ahora veo
que es necesario hablar de despedirnos,
de un documento extraño que se firma
para dejar de ver a los que amamos.
A solas pienso: «esto tan ancho sé que no es el mundo,
ni esta sed, este silencio;
la gran apuesta, la esperanza .
de la victoria entre pared y pared tampoco».
A todo esto, padre,
verás cómo no puedo despedirme.
La vida es la noticia que no se puede olvidar
más fácilmente;
verás cómo no puedo decir nada.
Vivir, seguir
esta perdida apuesta es lo que importa
aunque estemos en medio de la calle
sin nada que vender ni que ponernos.
(Entre las cosas viejas de la casa
tu tapabocas roto, tu boina,
ropas tuyas
tan cargadas de tiempo; y aquella carta
que pareciera cursi si no fuera
porque es tan de verdad.) A todo esto...
«Hay que ser generosos,
los demás están solos, necesitan
que alguien se ocupe de ellos
porque el amor más mínimo les falta;
amamos poco al hombre», tú me dices.
Leo tu carta pensando
que siempre he sido un torpe y que no he visto
cómo eras tú hasta ahora que me faltas.
Aquellos ojos en mis ojos, música
entre los dos, y aquellas manos,
no los pude apreciar porque hasta entonces
vivíamos sin un luto.
Bien recuerdo las cosas:
si íbamos a comer, estaba madre
atareada y fuerte entre nosotros;
bien lo estoy recordando...
nos iba así la vida y yo era un niño
en libertad en las calles de su pueblo
que mirando a su abuelo pensó en Dios.
No amamos bien al hombre.
Recordando aquel pan y aquella cárcel,
viéndote emocionado,
fiado en la verdad, claro, indefenso,
he vuelto a deshacer la despedida
para que ser tu hijo sea decirte
que no estás sin amor .
No me despido.
La temblorosa rúbrica de irse
hoy la recojo de tus manos, padre;
que no te olvido en la desgracia, no.
Sosténme,
sepa tu corazón, si ahora me escuchas,
que eres más bueno cada vez y que amo
la pequeña limosna de mi vida
antes de despedirnos para siempre.
#EladioCabañero
Adiós, hijo, ya no nos volveremos a ver.
(De una carta de mi padre)
Como el olvido es malo, nunca olvido;
han pasado estos años... Ahora veo
que es necesario hablar de despedirnos,
de un documento extraño que se firma
para dejar de ver a los que amamos.
A solas pienso: «esto tan ancho sé que no es el mundo,
ni esta sed, este silencio;
la gran apuesta, la esperanza .
de la victoria entre pared y pared tampoco».
A todo esto, padre,
verás cómo no puedo despedirme.
La vida es la noticia que no se puede olvidar
más fácilmente;
verás cómo no puedo decir nada.
Vivir, seguir
esta perdida apuesta es lo que importa
aunque estemos en medio de la calle
sin nada que vender ni que ponernos.
(Entre las cosas viejas de la casa
tu tapabocas roto, tu boina,
ropas tuyas
tan cargadas de tiempo; y aquella carta
que pareciera cursi si no fuera
porque es tan de verdad.) A todo esto...
«Hay que ser generosos,
los demás están solos, necesitan
que alguien se ocupe de ellos
porque el amor más mínimo les falta;
amamos poco al hombre», tú me dices.
Leo tu carta pensando
que siempre he sido un torpe y que no he visto
cómo eras tú hasta ahora que me faltas.
Aquellos ojos en mis ojos, música
entre los dos, y aquellas manos,
no los pude apreciar porque hasta entonces
vivíamos sin un luto.
Bien recuerdo las cosas:
si íbamos a comer, estaba madre
atareada y fuerte entre nosotros;
bien lo estoy recordando...
nos iba así la vida y yo era un niño
en libertad en las calles de su pueblo
que mirando a su abuelo pensó en Dios.
No amamos bien al hombre.
Recordando aquel pan y aquella cárcel,
viéndote emocionado,
fiado en la verdad, claro, indefenso,
he vuelto a deshacer la despedida
para que ser tu hijo sea decirte
que no estás sin amor .
No me despido.
La temblorosa rúbrica de irse
hoy la recojo de tus manos, padre;
que no te olvido en la desgracia, no.
Sosténme,
sepa tu corazón, si ahora me escuchas,
que eres más bueno cada vez y que amo
la pequeña limosna de mi vida
antes de despedirnos para siempre.
#EladioCabañero
Retorno
Retornarás, total, jamás te fuiste,
y te querré otra vez porque yo llevo
mi sueño ya amarrado a los cometas,
mi corazón vengado por el cielo.
Un día no pensado, cuando vengas,
me encontrarás quejándome en mi lecho
y sin poder, criatura, defenderte
del hilo de mi abrazo y de mis besos.
Como el otoño, mi nostalgia ruge.
En esta ausencia tuya todo es hueco.
¿Qué es la mujer sino quebrada hoguera,
violeta que jamás levanta vuelo?
Trajinan por las horas las hormigas.
Aún no dan señal las viejas llamas.
Ya convertida en soledad marina
la constelada noche me apuñala.
#DelfinaAcosta
Retornarás, total, jamás te fuiste,
y te querré otra vez porque yo llevo
mi sueño ya amarrado a los cometas,
mi corazón vengado por el cielo.
Un día no pensado, cuando vengas,
me encontrarás quejándome en mi lecho
y sin poder, criatura, defenderte
del hilo de mi abrazo y de mis besos.
Como el otoño, mi nostalgia ruge.
En esta ausencia tuya todo es hueco.
¿Qué es la mujer sino quebrada hoguera,
violeta que jamás levanta vuelo?
Trajinan por las horas las hormigas.
Aún no dan señal las viejas llamas.
Ya convertida en soledad marina
la constelada noche me apuñala.
#DelfinaAcosta
Ropaje
Es el mar mi ropaje: así desnuda
como una enorme ola a ti yo llego.
Mi ocasión la tormenta y los relámpagos,
y es la montura de mi amor el viento.
No retorno: yo voy pues son mis pasos
como a la hierba la pasión del fuego.
Soy la bestia de larga cabellera
que lame la otra lengua que es el beso.
En la forma de piedra me hallo a gusto
porque es así tan duro mi silencio
que no lo vencerá el dolor del mundo,
ni del odio la gota de veneno.
Es el mar mi ropaje: así desnuda
como una enorme ola a ti yo llego.
Brotaron en mis manos de agua sucia
las flores venenosas de estos versos.
#DelfinaAcosta
Es el mar mi ropaje: así desnuda
como una enorme ola a ti yo llego.
Mi ocasión la tormenta y los relámpagos,
y es la montura de mi amor el viento.
No retorno: yo voy pues son mis pasos
como a la hierba la pasión del fuego.
Soy la bestia de larga cabellera
que lame la otra lengua que es el beso.
En la forma de piedra me hallo a gusto
porque es así tan duro mi silencio
que no lo vencerá el dolor del mundo,
ni del odio la gota de veneno.
Es el mar mi ropaje: así desnuda
como una enorme ola a ti yo llego.
Brotaron en mis manos de agua sucia
las flores venenosas de estos versos.
#DelfinaAcosta
Poema para una amiga muy bella
Bella te digo porque así se llaman
esas mujeres que han nacido
para la vida siempre: dulce y ácida.
Tú eres la colorada piel, la fruta,
la pierna, el pecho soberano que alzas,
pequeña porque así son los naranjos,
blanca y morena, 0 sea, cálida.
Amiga, ¿es la amistad la que nos manda
o acaso es el amor? Las dos preguntas
tienen en sí respuesta dada.
Si la verdad llegara a verse un día,
si nuestra fe se confirmara...,
pero no, amiga mía misteriosa,
que las palabras siempre engañan.
Que las palabras no sonríen nunca,
que eres tú la que ríes, dices, andas,
pones luego los ojos apartados,
muy expresivamente callas.
En estos tiempos sabe todo el mundo
guardar la ropa cuando está mojada,
hurtarse, dar olvido, fingir burla
del sentimiento porque es lágrima.
Por eso siempre estamos tan contentos,
tan campantes, tan fuertes -¡tiene gracia!-;
por dentro va la procesión, lo dicen
los gestos bruscos, las miradas.
Cuerpo de uva garnacha,
hembra de vino fuerte y alegría,
bella mujer de amor y madrugada.
Haces, querida amiga, maravillas
para evitar heridas, para
que no te vea tan hermosa, ¿sabes?
tan femeninamente en cuerpo y alma.
Y así está el pueblo de suspiros, sueños,
besos dados al rostro de la nada,
así estoy yo y así los que no quieren
confesarse que te aman.
Da miedo ver tan cerca la hermosura
cuando está viva y quema duele tanta
pasión, que así se llama, contenida
a penas duras, tiempo y trampas.
Muy bellamente estabas
cuando mis ojos una vez. Ahora
en el recuerdo vives clara.
Si se leyeran las cenizas luego,
que dicen, arden más que muchas brasas,
si alguien pusiera en claro nuestras vidas
fondo común de la desgracia.
Pero la muerte mete tanta prisa,
somos tan poca cosa, tan lejana
queda nuestra ciudad, sin nombre apenas
nosotros y los nuestros, nuestra casa...
Tus pies, tus manos y tu cara.
La tela del vestido, oh, dulces olas,
redondas islas cubre con sus aguas.
Seas amiga si la tarde, el tiempo,
corre a su puesta como el sol; hermana
si desvalidamente sufres; novia
si me recuerdas en la distancia.
Eres muy lista, mi pequeña,
eres la niña cariñosa y mala
que descubre de pronto a los mayores
todo lo que les pasa.
Temo que te sospeches cuánto he puesto
mis brazos hacia ti, cómo esperaba
volver a estar contigo, sin que nunca
me vieras cuando te miraba.
Los secretos no sé por qué se guardan;
y este secreto no interesa a nadie,
la vida es sólo cotidiana.
Pero yo escribo para ti estos versos
aunque no tengan importancia.
Mi bella amiga, ¡muchas gracias!
#EladioCabañero
Bella te digo porque así se llaman
esas mujeres que han nacido
para la vida siempre: dulce y ácida.
Tú eres la colorada piel, la fruta,
la pierna, el pecho soberano que alzas,
pequeña porque así son los naranjos,
blanca y morena, 0 sea, cálida.
Amiga, ¿es la amistad la que nos manda
o acaso es el amor? Las dos preguntas
tienen en sí respuesta dada.
Si la verdad llegara a verse un día,
si nuestra fe se confirmara...,
pero no, amiga mía misteriosa,
que las palabras siempre engañan.
Que las palabras no sonríen nunca,
que eres tú la que ríes, dices, andas,
pones luego los ojos apartados,
muy expresivamente callas.
En estos tiempos sabe todo el mundo
guardar la ropa cuando está mojada,
hurtarse, dar olvido, fingir burla
del sentimiento porque es lágrima.
Por eso siempre estamos tan contentos,
tan campantes, tan fuertes -¡tiene gracia!-;
por dentro va la procesión, lo dicen
los gestos bruscos, las miradas.
Cuerpo de uva garnacha,
hembra de vino fuerte y alegría,
bella mujer de amor y madrugada.
Haces, querida amiga, maravillas
para evitar heridas, para
que no te vea tan hermosa, ¿sabes?
tan femeninamente en cuerpo y alma.
Y así está el pueblo de suspiros, sueños,
besos dados al rostro de la nada,
así estoy yo y así los que no quieren
confesarse que te aman.
Da miedo ver tan cerca la hermosura
cuando está viva y quema duele tanta
pasión, que así se llama, contenida
a penas duras, tiempo y trampas.
Muy bellamente estabas
cuando mis ojos una vez. Ahora
en el recuerdo vives clara.
Si se leyeran las cenizas luego,
que dicen, arden más que muchas brasas,
si alguien pusiera en claro nuestras vidas
fondo común de la desgracia.
Pero la muerte mete tanta prisa,
somos tan poca cosa, tan lejana
queda nuestra ciudad, sin nombre apenas
nosotros y los nuestros, nuestra casa...
Tus pies, tus manos y tu cara.
La tela del vestido, oh, dulces olas,
redondas islas cubre con sus aguas.
Seas amiga si la tarde, el tiempo,
corre a su puesta como el sol; hermana
si desvalidamente sufres; novia
si me recuerdas en la distancia.
Eres muy lista, mi pequeña,
eres la niña cariñosa y mala
que descubre de pronto a los mayores
todo lo que les pasa.
Temo que te sospeches cuánto he puesto
mis brazos hacia ti, cómo esperaba
volver a estar contigo, sin que nunca
me vieras cuando te miraba.
Los secretos no sé por qué se guardan;
y este secreto no interesa a nadie,
la vida es sólo cotidiana.
Pero yo escribo para ti estos versos
aunque no tengan importancia.
Mi bella amiga, ¡muchas gracias!
#EladioCabañero
Paisaje
El paso innumerable de las olas.
La inquietante presencia del crepúsculo.
La noche en el sauzal, depositando
su voluntad de sombras.
Pero no estabas tú, y aquel instante
en vano negará
su propensión a olvido.
#VíctorBotas
El paso innumerable de las olas.
La inquietante presencia del crepúsculo.
La noche en el sauzal, depositando
su voluntad de sombras.
Pero no estabas tú, y aquel instante
en vano negará
su propensión a olvido.
#VíctorBotas
Puedes irte olvidando
Puedes irte olvidando de mis besos, mis caricias.
Las noches de cenas románticas, de viajes y placeres.
Puedes irte olvidando de mis abrazos, mis canciones.
Los largos paseos por el bosque que se convirtiera en nuestro nido de amor.
Puedes irte olvidando de mi presencia, mi amor.
De aquellas vivencias que otrora se volvieron un elixir.
Puedes irte olvidando de mí, de mis versos.
Los besos, los abrazos, las caricias, las canciones, las vivencias, el amor.
Puedes irte olvidando así como lo hago yo.
#Adem
25-01-2025
9:55 a. m.
Puedes irte olvidando de mis besos, mis caricias.
Las noches de cenas románticas, de viajes y placeres.
Puedes irte olvidando de mis abrazos, mis canciones.
Los largos paseos por el bosque que se convirtiera en nuestro nido de amor.
Puedes irte olvidando de mi presencia, mi amor.
De aquellas vivencias que otrora se volvieron un elixir.
Puedes irte olvidando de mí, de mis versos.
Los besos, los abrazos, las caricias, las canciones, las vivencias, el amor.
Puedes irte olvidando así como lo hago yo.
#Adem
25-01-2025
9:55 a. m.
Me quedé solo
Me quedé solo, tremendamente solo.
La soledad se apoderó de mí,
de mi tiempo, de mi reposo.
Como una noche tenebrosa
ha obscurecido mi camino.
A veces me siento como un perdedor,
un sublime perdedor abandonado.
Me quedé tremendamente solo;
divagando por un valle de lágrimas.
A veces me siento un perdedor,
a veces me siento solo.
#Adem
26-01-2025
10:24 p. m.
Me quedé solo, tremendamente solo.
La soledad se apoderó de mí,
de mi tiempo, de mi reposo.
Como una noche tenebrosa
ha obscurecido mi camino.
A veces me siento como un perdedor,
un sublime perdedor abandonado.
Me quedé tremendamente solo;
divagando por un valle de lágrimas.
A veces me siento un perdedor,
a veces me siento solo.
#Adem
26-01-2025
10:24 p. m.
Me gusta escribir
Me gusta escribir, me libero;
soy feliz cuando recorro
las líneas de un cuaderno
con mi imaginación.
Me gusta escribir,
me siento libre
y soy trovador
de mil amores.
Me gusta escribir
cuando estoy triste,
cuando estoy alegre.
Soy un romántico
empedernido.
Me gusta escribir, me libero;
soy como ave en raudo vuelo.
Me gusta escribir para expresar
mis más íntimos sentimientos.
#Adem
27-01-2025
Me gusta escribir, me libero;
soy feliz cuando recorro
las líneas de un cuaderno
con mi imaginación.
Me gusta escribir,
me siento libre
y soy trovador
de mil amores.
Me gusta escribir
cuando estoy triste,
cuando estoy alegre.
Soy un romántico
empedernido.
Me gusta escribir, me libero;
soy como ave en raudo vuelo.
Me gusta escribir para expresar
mis más íntimos sentimientos.
#Adem
27-01-2025
Palabras para una despedida
El ciego Amor se me posó en los ojos
y te vi como sólo puede él ver a sus hijos:
coronada en la noche de fragantes guirnaldas
y danzando en silencio a la luz de la luna,
en un temblor de sistros que agitaban tus manos.
Tú misma te encargaste de romper el hechizo;
tú misma, tú, esa magia, ese encanto, los dones
que el azar impasible así nos ofrecía,
como quien te regala sin motivo una rosa.
Y el dios loco escapó: huyó espantado y solo,
hacia alguna otra parte, los párpados sellados.
He aquí tu grandeza, tu miseria, tu sino.
Tu victoria también sobre un dios inocente:
durante un breve tiempo las divinas miradas
se fijaron en ti y me fueron dictando
cosas que están aquí, que aquí se quedan -quietas-
y me salvan de ser tan sólo un pobre imbécil,
y a ti (no, no es necesario que me agradezcas nada)
de ser sombra y ser polvo y ser nadie y olvido.
#VíctorBotas
El ciego Amor se me posó en los ojos
y te vi como sólo puede él ver a sus hijos:
coronada en la noche de fragantes guirnaldas
y danzando en silencio a la luz de la luna,
en un temblor de sistros que agitaban tus manos.
Tú misma te encargaste de romper el hechizo;
tú misma, tú, esa magia, ese encanto, los dones
que el azar impasible así nos ofrecía,
como quien te regala sin motivo una rosa.
Y el dios loco escapó: huyó espantado y solo,
hacia alguna otra parte, los párpados sellados.
He aquí tu grandeza, tu miseria, tu sino.
Tu victoria también sobre un dios inocente:
durante un breve tiempo las divinas miradas
se fijaron en ti y me fueron dictando
cosas que están aquí, que aquí se quedan -quietas-
y me salvan de ser tan sólo un pobre imbécil,
y a ti (no, no es necesario que me agradezcas nada)
de ser sombra y ser polvo y ser nadie y olvido.
#VíctorBotas
Tú y yo en el pueblo
Es todo bien sencillo. Nuestro pueblo
con sus tejados, sus barbechos surtos
en la orilla del campo, el sol colgante,
la torre de la iglesia, nuestras casas,
ya estaban desde siempre por lo visto.
Todos estaban antes, ¡qué sencillo!
Nuestros padres, los suyos, los parientes,
aquí estaban; las viñas daban fruto
al cobijo del llano, hacia septiembre;
explotaban de rojas las sandías
y los membrillos lo aromaban todo
mientras el vino nuevo ardía en las cuevas,
en las tinajas roncas y en los cántaros,
y no habíamos nacido, compañera.
Nunca se tuvo la fe suficiente
para entender a un niño. Por entonces
la vida estaba azul para nosotros.
Oh niña dulce en Tomelloso aquella,
qué tiernecito corazón el tuyo
mientras la guerra... Huelo aquellos años
como el mejor perfume. Ángel nacido
que fuiste tú, y yo el muchacho serio
que, sin saberlo, yendo por las calles
pasa frente a tu puerta y te conoce.
Ah tiempo recordable, sombra izada
como un mal sueño en nuestra juventud,
¿todo ha sido verdad? Qué gran sospecha
nuestra vida pasada allá en el pueblo:
sus fiestas de guardar, sus romerías;
las ferias de septiembre (cuando llevan
los viñeros, los pobres, a sus hijos
Con los zapatos nuevos, que no pueden
andar, ilusionados...); los inviernos
con nieve y con amigos que regresan ;
el pueblo con gramberros por las calles,
gamberros como hermanos, cariñosos,
bromistas del petardo y de los dichos
gordos y hasta poéticos a veces.
Puestos a recordar, hemos venido
de visita a este mundo insatisfecho.
En las tardes del pueblo, sueño que urde
la lejanía en soledad del mundo,
hemos amado tanto en otros seres,
en años, quizá siglos, tantas veces
te miré ensimismado, emocionado,
que hoy ya no es necesario, compañera,
amor mal recobrado, que te diga
cuánto te quise en nuestro pueblo, a solas.
#EladioCabañero
Es todo bien sencillo. Nuestro pueblo
con sus tejados, sus barbechos surtos
en la orilla del campo, el sol colgante,
la torre de la iglesia, nuestras casas,
ya estaban desde siempre por lo visto.
Todos estaban antes, ¡qué sencillo!
Nuestros padres, los suyos, los parientes,
aquí estaban; las viñas daban fruto
al cobijo del llano, hacia septiembre;
explotaban de rojas las sandías
y los membrillos lo aromaban todo
mientras el vino nuevo ardía en las cuevas,
en las tinajas roncas y en los cántaros,
y no habíamos nacido, compañera.
Nunca se tuvo la fe suficiente
para entender a un niño. Por entonces
la vida estaba azul para nosotros.
Oh niña dulce en Tomelloso aquella,
qué tiernecito corazón el tuyo
mientras la guerra... Huelo aquellos años
como el mejor perfume. Ángel nacido
que fuiste tú, y yo el muchacho serio
que, sin saberlo, yendo por las calles
pasa frente a tu puerta y te conoce.
Ah tiempo recordable, sombra izada
como un mal sueño en nuestra juventud,
¿todo ha sido verdad? Qué gran sospecha
nuestra vida pasada allá en el pueblo:
sus fiestas de guardar, sus romerías;
las ferias de septiembre (cuando llevan
los viñeros, los pobres, a sus hijos
Con los zapatos nuevos, que no pueden
andar, ilusionados...); los inviernos
con nieve y con amigos que regresan ;
el pueblo con gramberros por las calles,
gamberros como hermanos, cariñosos,
bromistas del petardo y de los dichos
gordos y hasta poéticos a veces.
Puestos a recordar, hemos venido
de visita a este mundo insatisfecho.
En las tardes del pueblo, sueño que urde
la lejanía en soledad del mundo,
hemos amado tanto en otros seres,
en años, quizá siglos, tantas veces
te miré ensimismado, emocionado,
que hoy ya no es necesario, compañera,
amor mal recobrado, que te diga
cuánto te quise en nuestro pueblo, a solas.
#EladioCabañero
Un día tú dijiste...
Un día tú dijiste: soy feliz.
La tienda azul del mar es mi camisa.
Junté en mi percha todo de este mundo:
el torso del océano y la brisa.
Te fuiste a caminar alegremente
por Chile entero dando Buenos días
al vendedor de anzuelos y pescados,
a la mujer inmóvil de la esquina,
que abrió, feliz, sus ojos, al oírte,
y abrió, también, de golpe, su sombrillas,
al sastre que lustraba un saco a cuadros,
y a la virtuosa ronda de las niñas.
Mas para ti no ha sido aquello mucho.
Te diste a hablar también a las semillas
de lo que luego fue un oscuro bosque,
y aquel carbón del pobre vuelto chispa.
Ah..., cuánto conversaste así Neruda.
Qué alegre y corto se te puso el día.
Y aún quisiste hablar con el silencio
para escuchar el oro de su risa.
Después de hacerse tarde regresaste
a tu conciencia de una flor con firma.
Cenaste. Te acostaste. Las estrellas
en tu ventana, aguadas, sonreían.
#DelfinaAcosta
Un día tú dijiste: soy feliz.
La tienda azul del mar es mi camisa.
Junté en mi percha todo de este mundo:
el torso del océano y la brisa.
Te fuiste a caminar alegremente
por Chile entero dando Buenos días
al vendedor de anzuelos y pescados,
a la mujer inmóvil de la esquina,
que abrió, feliz, sus ojos, al oírte,
y abrió, también, de golpe, su sombrillas,
al sastre que lustraba un saco a cuadros,
y a la virtuosa ronda de las niñas.
Mas para ti no ha sido aquello mucho.
Te diste a hablar también a las semillas
de lo que luego fue un oscuro bosque,
y aquel carbón del pobre vuelto chispa.
Ah..., cuánto conversaste así Neruda.
Qué alegre y corto se te puso el día.
Y aún quisiste hablar con el silencio
para escuchar el oro de su risa.
Después de hacerse tarde regresaste
a tu conciencia de una flor con firma.
Cenaste. Te acostaste. Las estrellas
en tu ventana, aguadas, sonreían.
#DelfinaAcosta
Unigénita del sur
Tal vez es culpa mía que haga frío,
que rija ya el otoño, y que las hojas
se borren de las ramas como pájaros,
o se largue a llover a cualquier hora.
O es sólo culpa nuestra. Por querernos
un fuerte viento por las calles sopla.
¿Cuál mariposa recibió una piedra
y mana sangre limpia de paloma?
Un trébol por un beso, y un poema
para quedarse triste en tu memoria.
Me diste lo mejor de tu tristeza
y te clavé en el pecho una amapola.
Los pasos de la lluvia suenan lentos.
Acaso quien camina es tu persona.
Soy hojarasca que otro paso esparce.
A mi favor tan sólo el viento sopla.
#DelfinaAcosta
Tal vez es culpa mía que haga frío,
que rija ya el otoño, y que las hojas
se borren de las ramas como pájaros,
o se largue a llover a cualquier hora.
O es sólo culpa nuestra. Por querernos
un fuerte viento por las calles sopla.
¿Cuál mariposa recibió una piedra
y mana sangre limpia de paloma?
Un trébol por un beso, y un poema
para quedarse triste en tu memoria.
Me diste lo mejor de tu tristeza
y te clavé en el pecho una amapola.
Los pasos de la lluvia suenan lentos.
Acaso quien camina es tu persona.
Soy hojarasca que otro paso esparce.
A mi favor tan sólo el viento sopla.
#DelfinaAcosta