This media is not supported in your browser
VIEW IN TELEGRAM
*_Palabras que hablan_*

“Revístanse de toda la armadura de Dios, para que puedan hacer frente a las asechanzas del diablo.”
Efesios 6:11 _(RVC)_

Lamentablemente, luego de un tiempo de alerta, el hombre se relaja se distiende y se confía demasiado...
Deja de tomar las protecciones adecuadas y cuando menos lo espera recibe el golpe que no quería recibir…

La mayoría de las veces no estamos conscientes de la dimensión de la lucha espiritual que tenemos que enfrentar cada día y mucho menos nos percatamos de la sutileza con la que el enemigo se acerca para encontrarnos distraídos y caernos por sorpresa...

El Señor sabe muy bien el origen y el tamaño de tus luchas y cuál es tu mayor debilidad, por eso te proveyó herramientas espirituales para que las puedas afrontar.

¿Con qué armas le estás haciendo frente hoy...? ¿Qué protección estás utilizando?

Sigue el consejo de Dios y usa toda la “Armadura” que te ha provisto; es la única forma de enfrentar al enemigo y salir victorioso.

Puedes orar así:
Querido Dios ayúdame a vestirme cada día con las armas espirituales que me diste.
Cíñeme con el cinturón de la verdad, protégeme con la coraza de justicia, y calza mis pies con la disposición de proclamar el evangelio de la paz.
Dame fuerzas para tomar el escudo de la fe para apagar todas las flechas encendidas del maligno. Dame el casco de la salvación y la espada del Espíritu, que es tu palabra grabada a fuego en mi corazón.
En el nombre de Jesús, amén.
This media is not supported in your browser
VIEW IN TELEGRAM
🙌🏻🪴El pastor de pastores Cuida de ti🙌🏻
Salmo 23

-1Jehová es mi pastor; nada me faltará.

En lugares de delicados pastos me hará descansar;
Junto a aguas de reposo me pastoreará.

Confortará mi alma
This media is not supported in your browser
VIEW IN TELEGRAM
Antes de comenzar con el devocional de hoy, tómate un tiempo en oración para pedirle al Señor que te ayude a comprender Su Palabra. No olvides que la Palabra de Dios ha sido inspirada por el Espíritu Santo, y si has puesto tu fe en Cristo, el mismo Espíritu vive en ti. El Autor de la Biblia está contigo; así que pídele que te ayude a entender lo que estás leyendo.
A continuación, mientras lees los capítulos de hoy, considera las siguientes preguntas para ayudarte a guiar tu lectura.
1 ¿Cuáles son los puntos principales del pasaje?
2 ¿Qué dicen los capítulos sobre el carácter de Dios? Considera algunas de las formas en que se describe a Dios.
3 ¿Cómo puedes ver que el Evangelio se relaciona con los versículos que has leído?
4 ¿De qué manera puedes aplicar la lectura de hoy a tu vida diaria?

👇🏽👀
“David dedicó al Señor la letra de esta canción cuando el Señor lo libró de las manos de todos sus enemigos y de las manos de Saúl. Dijo así: «El Señor es mi roca, mi amparo, mi libertador; es mi Dios, la roca en que me refugio. Es mi escudo, el poder que me salva, ¡mi más alto escondite! Él es mi protector y mi salvación. ¡Tú me salvaste de la violencia! »Invoco al Señor, que es digno de alabanza, y quedo a salvo de mis enemigos. Las olas de la muerte me envolvieron; los torrentes destructores me abrumaron. Los lazos del sepulcro me enredaron; las redes de la muerte me atraparon. »En mi angustia invoqué al Señor; llamé a mi Dios y él me escuchó desde su Templo; ¡mi clamor llegó a sus oídos! La tierra tembló, se estremeció; se sacudieron los cimientos de los cielos; temblaron a causa de su enojo. Por la nariz echaba humo, por la boca, fuego consumidor; ¡lanzaba carbones encendidos! Rasgando el cielo, descendió, pisando sobre oscuros nubarrones. Montando sobre un querubín, surcó los cielos y se remontó sobre las alas del viento. De las tinieblas y los oscuros nubarrones hizo tiendas que lo rodeaban. De su radiante presencia brotaron carbones encendidos. Desde el cielo se oyó el trueno del Señor; resonó la voz del Altísimo. Lanzó flechas y dispersó a los enemigos; con relámpagos los desconcertó. A causa de la reprensión del Señor y por el resoplido de su enojo, las cuencas del mar quedaron a la vista; al descubierto quedaron los cimientos de la tierra. »Extendiendo su mano desde lo alto, tomó la mía y me sacó del mar profundo. Me libró de mi enemigo poderoso, de aquellos que me odiaban y eran más fuertes que yo. En el día de mi desgracia me salieron al encuentro, pero mi apoyo fue el Señor. Me sacó a un amplio espacio; me libró porque se agradó de mí. »El Señor me ha pagado conforme a mi justicia; me ha premiado conforme a la limpieza de mis manos. He guardado los caminos del Señor y no he cometido el error de alejarme de mi Dios. Presentes tengo todas sus leyes; no me he alejado de sus estatutos. He sido íntegro ante él y me he abstenido de pecar. El Señor me ha recompensado conforme a mi justicia, conforme a mi limpieza ante sus ojos. »Tú eres fiel con quien es fiel e íntegro con quien es íntegro; sincero eres con quien es sincero, pero sagaz con el que es tramposo. Das la victoria a los humildes, pero tu mirada humilla a los altaneros. Tú, Señor, eres mi lámpara; tú, Señor, iluminas mis tinieblas. Con tu apoyo me lanzaré contra un ejército; contigo, Dios mío, podré asaltar murallas. »El camino de Dios es perfecto; la palabra del Señor es intachable. Escudo es Dios a los que se refugian en él. Pues ¿quién es Dios sino el Señor? ¿Quién es la Roca sino nuestro Dios? Es él quien me arma de valor y hace perfecto mi camino; da a mis pies la ligereza del venado y me mantiene firme en las alturas; adiestra mis manos para la batalla y mis brazos para tensar un arco de bronce. Tú me cubres con el escudo de tu salvación; tu ayuda me ha hecho prosperar. Has despejado el paso de mi camino, para que mis tobillos no se tuerzan. »Perseguí a mis enemigos y los destruí; no retrocedí hasta verlos aniquilados. Los aplasté por completo. Ya no se levantan. ¡Cayeron debajo de mis pies! Tú me armaste de valor para el combate; doblegaste ante mí a los rebeldes. Hiciste retroceder a mis enemigos, y así exterminé a los que me odiaban. Pedían ayuda y no hubo quien los salvara. Al Señor clamaron, pero no respondió. Los desmenucé. Parecían el polvo de la tierra. Los pisoteé como al lodo de las calles. »Me has librado de los conflictos con mi pueblo; me has puesto por líder de las naciones; me sirve gente que yo no conocía. Son extranjeros, y me rinden homenaje; apenas me oyen, me obedecen. Esos extraños se descorazonan y temblando salen de sus refugios. »¡El Señor vive! ¡Alabada sea mi Roca! ¡Exaltado sea Dios, la Roca de mi salvación! Él es el Dios que me vindica, el que pone los pueblos a mis pies. Tú me libras de mis enemigos, me exaltas por encima de mis adversarios, me salvas de los hombres violentos.
Por eso, Señor, te alabo entre las naciones y canto salmos a tu nombre. »“Él da grandes victorias a su rey; a su ungido David y a sus descendientes les muestra por siempre su gran amor”».”
2 Samuel 22:1-51 NVI
👇🏽👀
“Estas son las últimas palabras de David: «Mensaje de David, hijo de Isaí, dulce cantor de Israel; hombre exaltado por el Altísimo y ungido por el Dios de Jacob. »El Espíritu del Señor habló por medio de mí; puso sus palabras en mi lengua. El Dios de Israel habló, la Roca de Israel me dijo: “El que gobierne a la gente con justicia, el que gobierne en el temor de Dios, será como la luz de la aurora en un amanecer sin nubes, que tras la lluvia resplandece para que brote la hierba en la tierra”. »Dios ha establecido mi casa; ha hecho conmigo un pacto eterno, bien reglamentado y seguro. Dios hará que brote mi salvación y que se cumpla todo mi deseo. Pero los malvados son como espinos que se desechan; nadie los toca con la mano. Se recogen con un hierro o con el asta de una lanza y ahí el fuego los consume». Estos son los nombres de los soldados más valientes de David: Joseb Basébet el tacmonita, que era el principal de los tres más famosos, en una batalla mató con su lanza a ochocientos hombres. En segundo lugar estaba Eleazar, hijo de Dodó, el ajojita, que también era uno de los tres más famosos. Estuvo con David cuando desafiaron a los filisteos que se habían concentrado en Pasdamín para la batalla. Los israelitas se retiraron, pero Eleazar se mantuvo firme y derrotó a tantos filisteos que, por la fatiga, la mano se le quedó pegada a la espada. Aquel día el Señor dio una gran victoria. Las tropas regresaron adonde estaba Eleazar, pero solo para tomar los despojos. El tercer valiente era Sama, hijo de Agué, el ararita. En cierta ocasión, los filisteos formaron sus tropas en un campo sembrado de lentejas. El ejército de Israel huyó ante ellos, pero Sama se plantó en medio del campo y lo defendió, derrotando a los filisteos. El Señor les dio una gran victoria. En otra ocasión, tres de los treinta más valientes fueron a la cueva de Adulán, donde estaba David. Era el comienzo de la siega y una tropa filistea acampaba en el valle de Refayin. David se encontraba en su fortaleza. En ese tiempo había una guarnición filistea en Belén. Como David tenía mucha sed, exclamó: «¡Ojalá pudiera yo beber agua del pozo que está a la entrada de Belén!». Entonces los tres valientes se metieron en el campamento filisteo, sacaron agua del pozo de Belén y se la llevaron a David. Pero él no quiso beberla, sino que derramó el agua en honor al Señor y declaró solemnemente: «¡Que el Señor me libre de beberla! ¡Eso sería como beber la sangre de hombres que han puesto su vida en peligro!». Y no quiso beberla. Tales hazañas hicieron estos tres héroes. Abisay, el hermano de Joab, hijo de Sarvia, estaba al mando de los tres y ganó fama entre ellos. En cierta ocasión, lanza en mano atacó y mató a trescientos hombres. Se destacó más que los tres valientes y llegó a ser su comandante, pero no fue contado entre ellos. Benaías, hijo de Joyadá, era un guerrero de Cabsel que realizó muchas hazañas. Derrotó a dos de los mejores hombres de Moab y, en otra ocasión, cuando estaba nevando, se metió en una cisterna y mató un león. También derrotó a un egipcio de gran estatura. El egipcio empuñaba una lanza, pero Benaías, que no llevaba más que un palo, le arrebató la lanza y lo mató con ella. Tales hazañas hizo Benaías, hijo de Joyadá. También él ganó fama como los tres valientes, pero no fue contado entre ellos, aunque se destacó más que los treinta valientes. Además, David lo puso al mando de su guardia real.
Entre los treinta valientes estaban: Asael, hermano de Joab; Eljanán, hijo de Dodó, que era de Belén; Sama, el jarodita; Elicá, el jarodita; Heles, el paltita; Irá, hijo de Iqués, el tecoíta; Abiezer, el anatotita; Mebunay, el jusatita; Zalmón, el ajojita; Maray, el netofatita; Jéled; hijo de Baná, el netofatita; Itay, hijo de Ribay, que era de Guibeá en el territorio de Benjamín; Benaías, el piratonita; Hiday, que era de los arroyos de Gaas; Abí Albón, el arbatita; Azmávet, el bajurinita; Elijaba, el salbonita; los hijos de Jasén; Jonatán, hijo de Sama, el ararita; Ahían, hijo de Sarar, el ararita; Elifelet, hijo de Ajasbay, el macateo; Elián, hijo de Ajitofel, el guilonita; Jezró, que era de Carmel; Paray, el arbita; Igal, hijo de Natán, que era de Sobá; el hijo de Hagrí; Sélec, el amonita; Najaray, el berotita, que fue escudero de Joab, hijo de Sarvia; Ira, el itrita; Gareb, el itrita, y Urías, el hitita. En total fueron treinta y siete.”
2 Samuel 23:1-39 NVI

👇🏽👀
“Ten piedad de mí, oh Dios; ten piedad de mí, pues en ti me refugio. A la sombra de tus alas me refugiaré, hasta que haya pasado el peligro. Clamo al Dios Altísimo, al Dios que me brinda su apoyo. Desde el cielo me envía la salvación y reprende a mis perseguidores. Selah ¡Dios me envía su gran amor y su verdad! Me encuentro en medio de leones, rodeado de gente rapaz. Sus dientes son lanzas y flechas; su lengua, una espada afilada. ¡Sé exaltado, oh Dios, sobre los cielos! ¡Alza tu gloria sobre toda la tierra! Tendieron una red en mi camino y mi ánimo quedó por los suelos. En mi senda cavaron una fosa, pero ellos mismos cayeron en ella. Selah Firme está, oh Dios, mi corazón; firme está mi corazón. ¡Voy a cantarte y entonarte salmos! ¡Despierta, alma mía! ¡Despierten, lira y arpa! ¡Haré despertar al nuevo día! Te alabaré, Señor, entre los pueblos; te cantaré salmos entre las naciones. Pues tu gran amor se eleva hasta los cielos y tu verdad llega hasta las nubes. ¡Sé exaltado, oh Dios, sobre los cielos! ¡Alza tu gloria sobre toda la tierra!”
Salmo 57:1-11 NVI
This media is not supported in your browser
VIEW IN TELEGRAM
2024/05/12 21:52:17
Back to Top
HTML Embed Code: